Si te bloqueas, prueba esto

Seré directo: una parte importante de por qué el día a día nos parece tan difícil está en que aceptamos casi sin enterarnos reglitas bastante absurdas.

Me refiero a frases tan simples que puedes oír casi de cualquiera como «vestirse combinando rayas y cuadros no está bien» o un «hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes».

En un día normal, solemos gestionarlas bastante bien.

Pero en momentos de incertidumbre, veo como afloran en mis alumnos/as y proyectos que acompaño con una fuerza aterradora.

Pasa un poco como con las historias de tiburones, que no te dan ningún miedo si las ves en un cine, pero aún te ponen algo nervioso/a si te las cuentan nadando en mar abierto y te roza algo la pierna.

Pues eso. Este tipo de frases hacen daño porque «no sabemos cuánto de ciertas/importantes tienen» y, ante la duda, les hacemos más caso del que merecen (por si tuviesen razón).

No es de extrañar que mi primera recomendación, por eso, sea que, por norma general: no aceptes nunca una regla que no te expliquen.

En el médico, en la gestoría, en el colegio, donde sea: si me das una recomendación, el por qué es mucho más importante que la regla. Que no te digo yo que contradigas a ningún médico, pero tampoco cumplas a ciegas cualquier cosa como «hay que comerse 5 piezas de fruta al día» sin saber por qué ni cómo. Porque si no, acabarás persiguiendo absurdos, no logrando lo que se esperaba y desquiciándote como te explico en este artículo (muy recomendable, por cierto).

Hoy quiero llevar esta idea un paso más allá. Porque es posible que a partir de ahora puedas filtrar lo que te llega, pero no puedes borrar las reglas que ya te han colado en el pasado.

Y todos pasamos periódicamente por situaciones de aparente «bloqueo» en las que este tipo de reglitas podrían acecharte como un virus.

Me refiero a esas situaciones, normalmente con consecuencias algo graves, en las que ninguna opción parece valer y nos encantaría no tener que decidirnos por ninguna.

Como nos bloqueamos, acabamos decidiendo (sin decidirla), la opción de inmovilizarnos (o procrastinar) y eso tiene sus propias consecuencias. ¿Te recuerda esto a alguna situación reciente?

Para esas situaciones, me gustaría que recuerdes este artículo y que te acuerdes de su título.

En concreto que «Cuando sientas que te bloquees, deja de prohibirte opciones que te generan un daño más grande inmovilizándote que lo que temas que pueda pasar».

Porque la vida no es bloqueo, sino camino, cambio y evolución. Y el que se bloquea no avanza.

Al bloqueo le encantan las prohibiciones.

A la productividad le encanta que te quites «condiciones» y te des opciones.

Por ejemplo, ten presente que:

  • Tienes derecho a incomodar hasta a las personas más cercanas diciéndoles que NO (en vez de dar mil vueltas para intentar buscar cómo hacer algo sin incomodarlas).
  • Tienes la opción de hacer el ridículo (y gracias a ello poder pintar, cantar, correr, exponerte, hablar en público o lo que sea que te apetezca sin temer nada).
  • Tienes derecho a prácticamente todo (lo razonable que no venga prohibido por una ley).
  • Tienes un mundo de oportunidades ahí fuera que aprovechar y con las que resolver tus desafíos actuales (si no las eliminas por reglitas tontas).
  • Tienes derecho a… (Inserta aquí lo que te estés prohibiendo últimamente).

Además, lo genial de resolver una situación de bloqueo es que no necesitas cambiarte radicalmente. Tan solo tienes que encontrar aquella reglita (idealmente la que menos duele) y saltártela una vez.

Porque, por ejemplo, si te cuesta mucho pedir ayuda y no sueles permitirte hacerlo, en el momento en que te abres a esa posibilidad y te permites hacerlo, la inmovilización de hoy ya estará superada.

En cierta parte hasta de vez en cuando viene bien que nos arrinconen porque nuestras capacidades son 100 veces lo que creemos que podemos hacer y estas situaciones nos fuerzan a crecer.

Y en vez de oponerte férreamente a esa evolución (por miedos, temores o no querer vivir ciertas incomodidades), si te sumas a ese cambio sueles acabar mucho mejor.

Lo sé, no es fácil 😀

Pero si ves que te ayuda pruébalo: quítate prohibiciones y prueba a darte opciones. ¿Y si aquello que me llevo prohibiendo tanto tiempo en realidad es la salida lógica a mi bloqueo? ¿Me gusta más la idea de hacerle una excepción a mi regla que la de quedarme atascado? ¿Cómo me sentiría si lo hago? ¿Y si me sale bien?

Te dejo la semilla y ya me contarás si germina.

Un abrazo, y que vaya bien la semana 😉

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2 comentarios

  1. Excelente Iago !! Llegan tus mensajes siempre en el momento justo porque apuntan a temas centrales . Muy agradecida María Héguiz desde Argentina

    • ¡Gracias a ti por compartir tu opinión, María! Un saludo desde el otro lado del Atlántico 😀 !

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