La importancia de tomar distancia

En este artículo, te voy a explicar con ejemplos la importancia y las ventajas de tomar distancia.

Con tomar distancia me refiero a cambiar la perspectiva, mirar de otro modo.

El tomar distancia no solo te servirá a la hora de afrontar tareas, sino también a afrontar situaciones (con nosotros mismos o con el resto), alejarte de sentimientos negativos y un largo etcétera.

Tomar distancia es tener tiempo para pensar y, de esta manera, afrontar las cosas de otro modo.

Ahora verás.

Ejemplo de tomar distancia

Imagínate que tienes un amigo que es alto ejecutivo de una compañía aérea y que te cuenta el caos que ha vivido la semana pasada. Él vuela constantemente entre París y Munich pero a causa de una huelga se cancelaron todos los vuelos directos.

Te cuenta como fue eliminando una a una muchísimas combinaciones de vuelos de su compañía puesto que necesitaba absolutamente estar en menos de 10 horas en Munich para una reunión. Finalmente decidió tomar un vuelo a Londres y desde ahí hasta Munich porque si no lo tomaba en el momento lo perdería, con la mala suerte de que al llegar a Inglaterra una densa niebla dejó a todos los aeropuertos de la zona bloqueados.

Tu amigo perdió su reunión y te cuenta la historia y su desesperación pero a ti lo único que se te ocurre comentarle es: «Oye, Fernando, ¿y por qué no usaste el tren entre París y Munich?»

Tu amigo enmudece, se pone pálido y se tapa la cara con la mano. Entre ser alto ejecutivo de una compañía aérea y la urgencia, ni siquiera se lo había planteado.

Necesitas momentos dedicados a pensar

Seguro que alguna vez te ha pasado el darte cuenta a posteriori de una oportunidad obvia pero desaprovechada a mayor o menor escala, o que mientras narras una anécdota, sea quién te escucha el que te propone una solución simplísima al problema y que estaba absolutamente a tu alcance.

Casi con vergüenza, te toca admitir que no pensaste en ello, maldices durante unos instantes y te preguntas el por qué.

¿Por qué no has pensado en ello? Sencillamente porque no has tomado distancia. Estás tan inmerso o inmersa en tus tareas que ni siquiera se ha pasado por tu mente. No ves más allá.

A mí me ha ocurrido muchas veces, pero lo que también me interesa en este tipo de situaciones es el buscar la razón por la que no he tenido en cuenta esa solución tan evidente.

¿Te acuerdas de la metáfora del náufrago? Hace un tiempo te contaba que a menudo nos comportamos como náufragos en el día a día. Ansiosos por no ahogarnos, gastamos todos nuestros esfuerzos en no tragar agua en la próxima ola, pero nos olvidamos por completo de mirar a nuestro alrededor en busca de una isla hacia la que nadar. Es un principio muy importante y te recomiendo que le eches un ojo si aún no lo has leído.

La idea aquí es más o menos la misma. Recorre una vez más tu anécdota tal y como se la contaste a tu amigo y pregúntate: ¿en qué momento te diste la oportunidad de pensar en esa obviedad?

La ventaja de tomar distancia

Lo más probable es que en ninguno. Lo más probable es que no te hayas dado el tiempo de pensar en ello. Es más, lo más probable es que por tu cabeza nunca hayas visto toda la secuencia de acciones contada como se la contaste a tu amigo.

Tu amigo, por mucho que le describas la situación no va a pensar condicionado por la urgencia, condicionado por la situación ni por la presión. Lo ve todo con muchísima distancia y eso le da una ventaja abismal.

Cómo sacarle partido a la idea de tomar distancia

Si bien no siempre es evitable, es cierto que bloquear espacios para pensar, tomar distancia del problema o situación y poner cosas en orden tiene un efecto muy positivo en tu productividad diaria. Ten en cuenta que tu sistema de organización nunca será perfecto, nunca.

Por ello en algún momento necesitas alejarte de las tareas en sí, esto es tomar distancia. Y con esto (para los que empleais GTD) no me refiero a la revisión semanal. La revisión es principalmente para corregir, lo que yo propongo aquí es dedicar momentos a buscar oportunidades.

De estos momentos de pensar no espero completar tareas como organizar papeles o ponerme al día, sino más bien, tranquilizarme, apartarme de todo y convertirme en el amigo en vez de en el alto ejecutivo.

Es así como logro ver posibles sinergias entre proyectos. Es así como logro a veces detectar que me estoy enfrascando en trabajar en algún objetivo que a lo mejor no necesito. Y es en estos momentos cuando me doy la oportunidad de cuestionar mis métodos en vez de justificarlos y ya sabes por qué es importante esto último.

Un cambio de mentalidad

En mi opinión si no nos dedicamos a pensar y tomar distancia cada dos por tres es porque tenemos la mala costumbre de creer que hacer cualquier cosa es mejor que nada. Al contrario, pensar en el rumbo a seguir es siempre mejor que navegar en la dirección equivocada.

Así que la próxima vez que vayas a facebook/instagram/TikTok/loquesea porque literalmente no tienes nada que hacer, considera que pensar es también una alternativa. En el peor de los casos mirando a tu alrededor puede que encuentres un recordatorio de alguna tarea que sí puede rentabilizar esos 5 minutos y además te apetece.

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¿Qué opinas, te has sentido alguna vez como el ejecutivo de la historia?

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19 comentarios

  1. Hay un libro que habla exactamente de ver el asunto percé en vez de ver el panorama. Los inventores exitosos ven el panorama y crean soluciones innovadoras. Por qué no tomarnos unos minutos de relax y tomar una nueva decisión. Este libro se llama La Caja de The Arbinger Institute, se los recomiendo.

  2. Woow, realmente es muy interesante tu blog..

    Saludos (*_*)

  3. Una entrada genial Iago, que pone de relieve lo importante que es dejar de actuar, actuar, actuar y pararnos un poco a pensar.

    Cuando vemos las cosas con perspectiva, podemos contemplar todos los matices y como dices, lo obvio se hace visible.

    En mi caso siempre intento ser consciente de lo importante que es pararse a reflexionar para ver si el camino es el correcto o me estoy perdiendo en los detalles.

    El problema es que no basta con ser consciente, sino que hay que planificar la reflexión como si de una tarea más se tratase.

    De momento me guardo el post para tenerlo presente de vez en cuando 😉

    • Hola Chema! Gracias por aportar y opinar. La idea es exactamente esa, podría ser visto como una tarea más. Aunque cuando intentamos ver oportunidades no se puede hablar realmente de tarea (no sabemos si existe o si es finito) pero sí coincido en que es una costumbre que deberíamos, como mínimo, intentar periódicamente. Un saludo!

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