Debate: ¿Aprovechas los ratos tranquilos como el desayuno?

Actividad mientras desayunas

Haciendo caso a la twittesfera y a las tendencias (¡porque la productividad también tiene tendencias!), parece que está de moda eso de asociar la mañana y la productividad: el combo perfecto.

Es como si nos resultase más fácil intentar una «mañana productiva» que una «hora de la siesta productiva». Obviamente, no se puede hacer un balance tan simplista y espero que lo leáis con la misma ironía con la que lo escribo.

El debate: ¿Aprovechas los ratos tranquilos como el desayuno?

Soy un defensor de que los esfuerzos hay que hacerlos allí donde el beneficio será mayor y el esfuerzo menor (máxima rentabilidad). Por eso a veces, los mayores avances en productividad se pueden conseguir en momentos delicados como el desayuno.

Así que mi pregunta es:


Encuesta: ¿Qué otra actividad principal que sueles hacer mientras desayunas?


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Sin embargo, tampoco creo que a nadie le apetezca obsesionarse con la productividad. Es posible que exista en algún lado un balance pero estamos obligados a responder a la pregunta de si queremos o no declarar ciertos momentos del día «libres de productividad».

Con frecuencia llega la noche y lamentamos algo que no hemos hecho sin tener en cuenta que no nos hemos dado la oportunidad de mirar la agenda en ningún momento. Una rutina con 30 segundos de planificación en el desayuno parece suculenta. Eso sí, ¿vale la pena sacrificar la tranquilidad del desayuno?

¡El debate es tuyo! ¿Qué opinas al respecto y por cuál de las dos opciones te decantas? ¿Utilizas ratos tranquilos como el desayuno para aumentar tu productividad, o los declaras como ratos tranquilos donde la optimización está prohibida? Nos vemos en los comentarios.

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18 comentarios

  1. Coincido con la mayoría: nada.

    Me gusta disfrutar del desayuno, ser consciente del momento. La planificación del día generalmente la tengo hecha desde la noche anterior, y no me gusta leer noticias –soy de lis que piensan que si ocurre algo importante me voy a enterar de todos modos 🙂

  2. Totalmente de acuerdo con Robert, en el desayuno lo que hay que hacer es desayunar, llenar el depósito de energía, que luego el día es muy largo…

  3. Nada/Hablar.
    Aprovecho esos primeros minutos del día para desayunar en familia, como mucho nos comentamos alguna tarea a realizar durante el día, un recordatorio y poco más. Es muy gratificante empezar el día simplemente tomando un café y charlando.

  4. Roberto Sánchez dio en el clavo! No todo es productividad…

  5. Comento mi voto, que ha sido «Nada». Desde mi punto de vista, mientras uno come lo que debe hacer es eso, comer, nada más. Ya sabemos de lo perjudicial de hacer otras cosas mientras se come, sobre todo por la pérdida de conciencia del acto y los correspondientes malos hábitos alimenticios (comer rápidamente, sin masticar, más de la cuenta, etc.). Antes salud que productividad. Cada cosa en su momento 🙂

  6. Desde luego no es lo normal…
    Yo dedico el desayuno a despertarme y a buscar la leche para los cereales.

  7. Me pregunto si personas como Walter existen en realidad o son solo pelotudos virtuales…

  8. Desayuno. Momento fundamental para diagramar el día.
    Pongo atención en las tareas fechadas para ese día (Poque vencen o porque le asigne una fecha objetivo); y a la agenda (compromisos con fecha y hora). Como resultado de dicho análisis diagramo el itinerario que permita moverme por los diferentes contextos durante el día..
    Saludos

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