Bueno, es oficial: no me ha tocado la lotería.
He oído algún análisis interesante entre familia y amigos que apuntan a que la causa principal de que no me haya tocado podría ser que yo no juego a la lotería. Perspicaz, sin duda.
Aunque he de decir en mi defensa que, con esas participaciones que la gente compra para ti, siempre existe la posibilidad de que algún familiar aparezca cava en mano gritando eufórico que somos millonarios.
Pero bueno, ya que no se ha dado el caso, voy a contaros lo que hubiese hecho yo si me hubiese tocado.
¿Qué me cambiaría la lotería?
Es una pena que no me haya tocado, porque tengo los deberes hechos desde hace años.
Por deberes me refiero a lo que os contaba ya en marzo de 2011 (¡sí! hace más de 4 años) con un articulillo aquí mismo titulado El por qué necesitas definir qué hacer si te tocase la lotería donde abordaba por primera vez el tema. Y es que sigo opinando que es más importante saber lo que harías si te tocase que el hecho de que te toque en sí (porque casi siempre los millones juegan un papel menor en un plan de vida serio).
Dicho esto, no voy a eludir la pregunta y os cuento mi plan exacto. Si me tocase la lotería yo…
NO dejaría de trabajar
Ni de broma me van a parar unos millones de hacer lo que más llena. Si me tocase la lotería tanto a mis 26 años como a los 70 no pensaría en prejubilarme. Si mi trabajo actual no me gustase, cambiaría de actividad. Pero nunca pararía de estar activo. La vida es acción. Lo de quedarse quieto es para las rocas y pedruscos, no para mí. Y menos con millones (de posibilidades).
NO bajaría el ritmo
Los millones no me cambiarían tampoco el ritmo porque el ritmo lento no es para mí un objetivo. ¿Para qué quiero ir más lento? ¿Para qué quiero vivir con menos intensidad? El descanso formaría parte de mi plan como ya lo hace ahora, pero en ningún caso querría hacer lo mismo «más lento» si eso no implica mejor, disfrutándolo más o añadiendo algo que ahora no disfruto.
NO cambiaría radicalmente mis actividades
Vamos a ver… a mí me encanta resolver problemas. Soy más feliz viendo que un método de productividad que yo he construido desbloquea a una persona y funciona que bebiendo champán de 200€. Me encanta escribir, crear proyectos, tocar la batería (ahora tontear con el piano), hacer teatro, echar una partida de ajedrez o aprender un nuevo idioma. Pero que quede claro: no quiero contratar intérpretes, quiero balbucear yo en otros idiomas, quiero la experiencia, quiero decir «lo conseguí». ¿Dónde está la gracia si todo está tirado? La satisfacción es proporcional al reto. Dame retos, no trampas.
Así que, si no dejaría de trabajar, ni bajaría el ritmo, ni cambiaría de actividades…
¿Qué haría yo si me tocase la lotería?
Si me tocase la lotería, lo invertiría todo sin tapujos en una cosa: acelerar mi plan actual.
En La Revolución productiva lo explico bien clarito: los objetivos son estados. Añadido a eso mi plan de vida es converger cada vez más hacia mi estado ideal.
Pero a tu estado ideal en realidad nunca llegas porque, a cada paso que te acercas, tu cabeza expande tus expectativas. A cada mini-objetivo que completas, aparece uno nuevo detrás.
Así que ser productivo en realidad, no es llegar a tu objetivo final, sino disfrutar de cada paso del camino y pasar cada instante al máximo nivel. Si puedes lograr algo este año, disfrutarás los beneficios un año más que si lo logras el que viene, pero si la lotería no te toca, puede compensarse con buenas decisiones.
Con la lotería cambiaría un poco mi estrategia porque dispondría de más medios, pero no cambiaría para nada lo que quiero que seguiría siendo lo mismo y ya estoy en medio de un plan para llegar a ello.
A todo esto…
Yo solo quería felicitaros la Navidad. Aunque, como estamos en un periodo de pedir y desear tampoco me parecía malo mencionar que, si como a mí, no te ha tocado la lotería, el año que viene seguiremos aquí dándole caña para hacer tus objetivos realidad.
No con magia, sino con ideas. Y como cualquier idea con un poco de esfuerzo, el correcto aprendizaje y ganas de sacarlo adelante estoy seguro de que lo vas a hacer genial.
Por último, deciros que me siento orgulloso de formar parte de esta comunidad tan increíble y de que estemos aquí hoy una vez más. ¡Si no lo digo más es por no ser pesado!
Desde aquellos a los que he podido conocer en persona gracias al blog, pasando por los que me leéis por RSS, los que comentáis con párrafos y párrafos de filosofía hasta el timidillo que no comenta nunca hasta que un día dice «hola».
Si me estás leyendo, mi mensaje también es para ti: ¡gracias por estar ahí! y ¡enhorabuena por estar aprendiendo productividad!
Y post-data, si queda alguno que piense todavía que «productividad» va de «producir más» y trabajar más, que sepais que estas vacaciones pienso hincharme a turrón de chocolate, a marisco y tiempo libre y que mientras lo haga pensaré tranquilamente: «¡Qué productivo estoy siendo! ¡No podría estar haciendo nada mejor ni aunque me tocase la lotería!».
Hacedme el favor, y sed también vosotros «productivos» comiéndoos un par de polvorones.
¡Felices fiestas a todos!
2 comentarios
Claro que si, Iaguinho! Porque el fin último de la productividad personal es disfrutar, SER FELIZ (y este axioma es irrefutable! 😉 ).
Sabes de sobra que subscribo todo lo expuesto, así que por primera vez no echaré parrafadas filosóficas y me limitaré a decir… DISFRUTAD, VIVID (de verdad, vuestra propia vida), VIVA EL TURRÓN DE CHOCOLATE, LOS REYES MAGOS Y EL SALMÓN AHUMADO! xD
Biquiños!
Ya sabes que me gustan las parrafadas filosóficas, no te preocupes. Repito: los retos molan y lo que me hace pensar me estimula. Gracias por las parrafadas (y por estar ahí), Iris 🙂