Este tema llueva o truene no para de ser uno de los temas sobre los que más me pregunta todo el mundo.
En mi experiencia hay muchas razones por las que una cuenta de correo se empieza a sobrecargar de emails pero:
- (1) Si nunca te han enseñado en una formación propiamente dicha conceptos macro de productividad (y te cuesta diferenciar cosas como una bandeja de entrada de un contendor de información)
- (2) O llevas un tiempo no sabiendo exactamente cómo se debería gestionar bien tu email (y mientras pasa el tiempo los emails se acumulan)
- (3) O tienes clientes y contactos algo abusivos (tan comunes ahora) que te envían de todo y te exigen respuestas para ya. (Quizás te interese mi artículo sobre cómo organizar clientes).
- (4) O tienes tan poco margen que no tienes realmente tiempo para llevar bien tu email con lo que todo se vuelve más urgente y peligroso (tanto como perder clientes)
este artículo te va a encantar.
Vamos a poner reglas claritas sobre la mesa que te ayuden a sufrir menos eso de tratar cada día con tus emails.
1. El email es una bandeja de entrada, no un almacén
A tu cuenta de email, deberías tratarla como a una pista de despegue. Es tan solo para que lleguen emails y se vayan. No es un sitio para dejar nada ahí parado.
A Google, Yahoo, Outlook y compañía les encantaría que hagas con ellos mil cosas más que recibir emails. Así tienen tus datos, pasas tiempo con ellos y te pueden poner toda la publicidad del mundo.
Pero tu obligación es ponerle freno a sus abusos porque tu email profesional necesita estar siempre despejado para funcionar. Igualito que una pista de aterrizaje.
Lo importante para que tu bandeja de entrada siga operativa y puedas tanto notar que hay nuevos correos como controlar la información vieja es que en el buzón solo estén las nuevas y que al descubrirlas te las lleves de ahí.
Así que vete cada día a tu bandeja, coge tus correos, llévate la información fuera y que no te engañen ni Gmail, ni Outlook ni nadie con sus funciones cutres extra. El email es para ir, recoger tu correo y salir.
Pero claro, ese cambio de comportamiento levanta un par de nuevas preguntas. Aún así, no te preocupes, vamos por la buena senda y es más rentable responderlas que quedarse como estabas.
2. ¿Cómo hago para borrar correos?
La clave está en procesarlos.
De hecho a un email no deberías ir nunca a «leer», sino a «procesar».
Procesarlos no es «hacer las tareas», sino despojar a cada email de su contenido hasta poder borrarlo.
Existen bastantes tipos de información que pueden venir en un email y cada tipo de información idealmente tiene que ir a un sitio distinto.
Las tareas van a listas de tareas, la información a contenedores de información (ej: el lugar de un número de teléfono es guardarlo en la agenda de tu móvil) y así vas despojando a cada línea del email de su valor y lo vas dejando listo para ser borrado.
Si ves que no se te dá bien hacer esto de primeras, es normal. Existen un montón de tipos de información y puedes aprender de esto como un Pro en el Curso del Método OSEI, aunque puedes ir probando intuitivamente a hacerlo por tu cuenta.
3. ¿Y no sería mejor guardarlo todo en el correo y así no perder tiempo?
La respuesta es rotundamente no.
Esta etapa a muchos novatos les parece «un sobrecoste» pero vamos a demostrar porque es casi lo contrario.
La buena solución es no almacenar nunca tus emails en tu bandeja de entrada ni pensar en tu email como un almacén.
Y la razón de este cambio es que lo que te hace perder más tiempo hoy en día no es pasar unas pocas líneas de texto de un sitio a otro, sino:
- abrir cada vez el navegador o aplicación,
- esperar hasta que cargue,
- hacer varias búsquedas hasta dar con el buen email, y luego
- leer 12 líneas (de media) de un email para encontrar esa información.
Un proceso por cierto que en ciertos emails puedes releer hasta 10 o 15 veces (y desgraciadamente no exagero…). 3 o 4 relecturas es casi el lastre normal que te genera un correo que «duerme» tan solo una noche en tu bandeja.
Los 10 segundos parecerán un añadido, cierto, pero son muy muy rentables. Hoy en día pierdes tranquilamente 10 a 12 veces más tiempo dejando correos acumulados en tu email que lo que te llevaría sacar tan solo la esencia y despojar a cada email de lo importante.
Y lo que es peor: con emails apelotonados en tu bandeja pierdes muchísimo control, perspectiva y sube tu nivel de estrés (por todo lo que pierdes de vista), algo clave si diriges tu propia empresa y quieres vivir minimamente tranquilo/a.
4. ¿Y qué hago con esos emails personales que no debería leer/procesar en el trabajo?
Regla dorada a tener en cuenta: el email profesional y el email personal JAMÁS deben ser el mismo.
Me da igual la excusa que me vayas a poner. Las he oído todas.
Ninguna comodidad, obligación de trabajo, ni excusa compensa al hecho de que recibas en una misma bandeja de correo los emails del trabajo y personales juntos.
Y para ello quiero que tengas en cuenta 2 casos súper-flagrantes:
- (1) Ir el sábado a tu correo personal y ver un email urgente de un cliente es el mayor fastidia-sábados que existe en el mundo. Pero la culpa es toda TUYA y solo tuya (si lees a tus clientes en un sábado).
- (2) El email personal puede tender al caos si quiere (y de hecho es lo normal) pero el profesional no debería hacerlo nunca. Si están ambos mezclados estás pasando tiempo de empresa en corregir lo personal cada semana y eso sí es un gasto innecesario.
Tecnológicamente además es facilisimo separarlos.
Tan sencillo como abrir 2 cuentas y darle el que toque a cada contacto.
5. ¿Y si no tengo tiempo para andar procesando los emails?
Entonces deberías replantearte tu función en tu negocio.
En serio, piénsalo. ¿Es necesario para ti tu email? ¿Marca una diferencia si respondes mejor o peor, antes o después a los emails que se te envían? ¿Marca una diferencia si pierdes de vista correos de tus clientes?
Si no importa cómo respondas a los emails: mi consejo es que los borres todos (total… ¡no importan!).
Pero si eres como los demás mortales, tu habilidad gestionando tu email afecta (y mucho) a tu productividad. Y tu productividad es una de las variables más importantes de tu negocio.
A tus clientes no les importa si tienes 10 empleados atendiendo los emails o si tienes 1 pero bueno y productivo, pero a ti sí que te importa porque todos sabemos que la forma de hacer dinero y lograr más objetivos es la segunda (ser producivo/a, ser eficiente y quedarte con cuanto más margen puedas en el bolsillo).
Si además eres el jefe, tu tiempo tiene valor extra. Así que no lo pierdas. Y una manera de no perderlo es gestionando mejor tus emails. Sentándote un día a aprender mejores técnicas y al siguiente a hacer la transición (del método viejo al nuevo).
Conclusiones
Estos consejos son un punto de partida pero saber tener el email a 0 a diario es una habilidad muy muy rentable.
La dificultad está simplemente en que no solemos saber cómo hacerlo, y hace falta empezar a hincarle el diente a bastantes nociones y herramientas al rededor de tu correo (porque si no el material se estanca). Con las nociones correctas, procesar en sí es de lo más facilito de todo.
Lo que necesitamos a menudo es no infravalorar tanto el impacto de un correo que se atasca. ¿Cuántas horas piedes al día en tu correo? ¿Y a la semana? ¿No se merecerá unas horillas y unos eurillos si le damos tanta uso?
Para mí cae de cajón, aunque es normal infravalorarlo e ir tirando como tantas cosas que nos «parecen sencillas» peor que luego acaban saliéndonos tan caras.
Si quieres aprender a tratar tu email como un profesional y ganar mucho tiempo (que puedas convertir en dinero) recuerda que tengo un curso donde explico muy clarito el proceso con vídeos explicativos (el curso del Método OSEI). Y si ves que no tienes tiempo pero querrías ponerlo en marcha en tu empresa junto con otras soluciones a medida también puedes solicitar mi ayuda personalizada en una mentoría de productividad.
Y ¡qué leches! A parte de hacerlo bien, tener visión y tener cada cosa en su sitio: es una auténtica gozada empezar cada mañana y que a las 08h10 tu bandeja esté ya vacía y tener las novedades controladas.
¡Que se atasquen otros con sus correos y tú a brillar en lo que te gusta!
Por cierto, ¿qué te ha parecido este tema? ¿Es algo que te resulta práctico? Si quieres que escriba más artículos de este tipo, no dudes en dejarme un comentario abajo mencionándolo. ¡Gracias por estar ahí!
6 comentarios
En mi caso yo más tendría que gestionar los newsletters que me van llegando y la verdad es que me genera pereza pero el tema que das me motiva a poder hacer un inbox zero. Alguna sugerencia de gestión de newsletter para novatos como yo? Gracias Iago primer comentario que te hago luego de bastante tiempo que te sigo.
Saludos!
Hola Renzo,
Encantado de verte por aquí. Los primeros consejos son siempre: separa el email personal del profesional y deshazte regularmente de las newsletters puramente publicitarios que no te interesen o que no has solicitado que te vayan llegando. Simplemente con el botón abajo que suelen tener todos los boletines de «cancelar suscripción» o similar, irás borrando muchísimos.
Luego hay técnicas avanzadas de procesar, vaciar los emails de contenido y gestión de filtros, pero en un primer paso, y el que más volumen te va a quitar «fácilmente», es desinscribirte de newsletters siempre que te lleguen nuevos indeseados (en vez de tan solo pulsar borrar).
¡Un saludo!
Muy práctico y claro. Yo soy docente en línea y me costó un poco aprender a borrar correos, me quedaba con todo por si alguna vez necesitaba verificar algo, pero ya aprendí a reconocer los importantes cuya información debo registrar, de los prescindibles que pueden borrarse.
Para los que trabajamos la mayor parte del tiempo online además el correo cobra doble importancia. ¡Gracias por compartirlo Lu! Un saludo 🙂
tan útil como siempre, me encanta leerte y aprecio tu contenido de valor, eres un master en temas de productividad, saludos!
¡Muchas gracias, Laura! Me alegra mucho que aporte valor, seguiremos al pie del cañón entonces :). ¡Un saludo!