Cómo gestionar el exceso de ideas

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Cuando tienes que sacar adelante un proyecto o, sin ir más lejos, al principio de las vacaciones cuando tienes que decidir cómo las vas a aprovechar hay dos formas de aprovecharlas mal.

La primera, es por ausencia de ideas siendo incapaz de encontrar una solución convincente. La segunda, aún más peligrosa, es por sobrecarga de ideas siendo tantas que se vuelven imposibles de ordenar y priorizar, llegan cuando ya estás a medio camino de otra peor, te desvían de lo principal y no acabas haciendo nada por su culpa. Este es como mencionaba hace tiempo, uno de los 10 principales problemas de todo emprededor.

Es como si empezases a pintar las paredes de tu casa, pero descubres que hay unas grietas incómodas y entonces se te ocurre que mejor querrías llamar a alguien para que te arregle las paredes, pero eso a su vez es un desperdicio porque si vas a tirar una pared, sería bueno revisar también las tuberías.

Qué suele pasar al final: la sobrecarga de ideas te bloquea y dejas las paredes sin pintar.

4 principios para no dejarte abrumar por tus ideas

Así que voy con una lista de lo que mejor me funciona en estas situaciones. Recuerda que estamos hablando de sacar adelante un proyecto y estas son medidas para que no te dejes derrotar por tus propias ideas destructivas. No la pierdas de vista para cuando la necesites poner en práctica.

No pierdas de vista tu objetivo

En otras palabras: una vez que empieces algo, comprométete con ello. No hay nada de malo en que mientras estás pintando las paredes veas una grieta y te surja la idea de modificar las tuberías, pero si esto no es de fácil solución, lo propio sería continuar pintando.

Si paras de pintar y empiezas a pensar en asumir más cosas, estás traspasando involuntariamente muchas fronteras. Para empezar, le estás dedicando un tiempo del que a lo mejor no disponías, y además, estás convirtiendo al arreglar las tuberías en algo prioritario.

Lo correcto en estos casos es pintar las paredes, escribirte una nota indicando que estaba mal planeado y asegurarte de que la próxima vez tienes ese factor en cuenta. Además, esta es una situación potencial para aplicarte la filosofía de «Esta no es mi batalla».

Memoriza tus conclusiones

Las ideas fluyen. Vienen, van, y ¡sorpresa!, algunas vuelven.

Un ejemplo muy simple: el lunes pasas por delante de tu pared y la ves un poco sucia, te planteas si vale la pena pintarla pero decides que no por alguna razón argumentada. ¿Qué es lo siguiente? Memorizarlo.

Porque si no, cuando pases el domingo por delante de la pared, te preguntarás lo mismo, y aunque puede que recuerdes que habías decidido que no, cualquier nueva mancha te hará dudar y pensar todo de nuevo. No dudes en hacerte un mapa mental cuando las cosas a recordar sean muchas o complejas.

Trabaja por versiones

Esta es una de mis pequeñas joyas organizativas. Hasta parece mala opción vista desde fuera, pero es una solución pesimista que me da grandes resultados.

Volvamos a la pared. Cuando pasas por segunda vez por delante de ella no tienes uno sino dos problemas:

  1. ¿Pinto o no pinto la pared?
  2. ¿Hice ya algo al respecto o no?

Lo que te propongo es lo siguiente: pon una nota en tu agenda (o lo que uses similar) que diga dentro de 6 meses «Revisar toda la casa».

Hasta entonces cuando pases por delante de la pared ni te preocupes. Solamente si observas algo y se te ocurre una idea, apúntala junto a la nota en la agenda. Cuando pasen esos 6 meses (o más) haz una revisión completa, pinta paredes y arregla tuberías todo junto y sírvete de todas las ideas que fuiste acumulando como una hormiguita.

¿Qué pasa si acabas y te encuentras otro detalle? Queda pospuesto hasta la próxima versión.

No te pases de ambicioso

Como bien dice el refranero popular: «el que mucho abarca, poco aprieta». El problema de la pared es que empezaste por querer pintarla y poco más tarde estabas asumiendo todo un proceso de reforma.

Esto es especialmente destructor en tus grandes proyectos. Cada nuevo trabajo que asumes como el de «ahora también arreglaré la pared» supone un riesgo añadido y no olvides que tu objetivo era tan sólo pintarla.

A veces conseguir varias pequeñas metas seguidas te deja en mucha mejor situación que intentar grandes hazañas de golpe. Y aunque no debes renunciar a hacer grandes cambios así, cuando lo hagas asegúrate de que fuiste tú quien lo planeó y que no acabaste ahí tras haberte encontrado «una grieta» inesperada.

De ahí mi truco de las versiones porque siempre que hagas grandes cambios será porque has ido acumulando buenas ideas a lo largo del tiempo.

Ponlo en práctica

¿Cuál es tu proyecto ahora mismo? Sea lo que sea, no pierdas de vista tu objetivo, memoriza tus conclusiones para no volver a tener que deducirlas una y otra vez y trabaja por versiones haciendo los grandes cambios que has acumulado durante un tiempo y programando lo nuevo que te vaya llegando para la próxima versión.

Sé que incluso con el ejemplo de las paredes suena abstracto, pero la parte buena de esto, es que lo puedes emplear casi en cualquier propósito que te puedas plantear. ¿Qué opinas? ¿Cómo gestionas tú la sobrecarga de ideas?

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13 comentarios

  1. Muy buen artículo, me ha servido de mucho. Siempre tengo millones de ideas en mente y cuando me pongo con una me asaltan millones más y es muy complicado decantarse por una y al final todo a la basura por que lo ves demasiado ambicioso o demasiado complicado y arduo. El hecho de ir por fases es una gran idea, pasito a pasito acabas haciendo kilometros. Muchas gracias. Te invito a que te pases por mi web. Un saludo.

  2. Hola!

    Llevo unos días siguiendo tu blog, de hecho me he dado cuenta de que muchas de las cosas que sugieres las pongo medio en práctica pero no las aprovecho, cosa que estoy intentando hacer ahora. También gracias a verlo aquí me estoy familiarizando con GTD.

    Me ha parecido muy curioso lo de organizar los proyectos por «versiones», se nota la deformación profesional… Jeje.
    Me parece muy útil para gente como yo, que, si no vagos, quizá somos un poco perezosos hasta que nos vemos con bastantes cosas que hacer. El juntar varias tareas pequeñas en una grande, además de ahorrar tiempo para hacerla, da más sensación de trabajo relizado…

    Y enhorabuena por tu blog, te seguiré leyendo, saludos!

    • Hola Daniel,

      Bienvenido al blog. En general intento proponer técnicas accesibles a todo el mundo, nada complejo. Sin embargo, la gran dificultad reside a menudo en ponerlas en práctica y ahí es donde estos principios aparentemente simples se vuelven tan enrevesados. Claro que, el que lo logra obtiene su recompensa.

      Te recomiendo que le eches un ojo a los artículos anteriores porque seguro que hay varios temas ya tratados que te pueden interesar. Un saludo.

  3. Vaya, veo que es un problema común… Para mí es mi mayor enemigo, llevo años tratando de derrotarlo pero no lo consigo. Me sobrecargo de ideas, de información…, todo me llama la atención, hay mil cosas que me gustan, muchos objetivos que quiero cumplir… y ¿al final?, al final no hago nada, o poco. Me leeré la entrada que le aconsejas a Laura porque me siento muy identificada, me suscribo a cantidad de blogs, páginas de facebook y aunque intento dedicar solo una hora del día a este tipo de lectura, acabo enganchándome de una en otra y siempre supero el tiempo establecido. Muchas gracias de nuevo por tu excelente artículo, continuaré leyéndote.

    • Hola de nuevo Berta,

      Continuando con lo que le decía a Laura, deberías proponerte averiguar si se trata de una tendencia a desconcentrarte (entonces sugiero BreadCrumb Lists) o si se trata de una sobrecarga de ideas (entonces sugiero lo que se encuentra en este artículo).

      Ambos problemas parecen lo mismo, o pueden acabar en lo mismo, pero para mejorar tu productividad necesitas intentar cosas distintas para cada caso. ¡Ánimo con esa mejora personal! y si encuentras dificultades ya sabes dónde acudir.

  4. Me fascinó este artículo! Pareciera que me estuviste espiando Iago jejeje. En efecto uno de los principales retos para, quienes como emprendedores vemos oportunidades potenciales en todo momento y lugar (hasta de las propias ocurrencias que nos manda nuestra mente), es que con mucha frecuencia nos vemos abrumados por ese tornado de ideas que nos atrapa, nos marea hace perder el enfoque.

    Yo experimento ese efecto no solo al estar pensando creativamente en algún proyecto, donde cada pequeña idea me causa un desbordamiento de emoción y nuevas ideas que luego se me dificulta mucho ordenar y priorizar, sino también al estar aprendiendo a través de un libro, audio o video, alguna nueva habilidad necesaria para mi proyecto.

    Es difícil concentrarse en leer un capítulo completo en cada sentada cuando en cada párrafo me surjen montones de ideas, la mayoría buenas, pero también otras que más que motivarme me terminan obstaculizando (como la de las grietas… que van saliendo más «oh, este problema debe ser resuelto antes… pero eso también involucra aquello otro, etc. etc. así que ahora por donde empiezo?»)

    Luego de identificarme con este artículo por la claridad con que describes este menudo problema, comenzaré a aplicar las sugerencias que nos compartes. De verdad tienen mucho sentido y sé que me van a ser de gran utilidad.

    Como siempre tu brindando consejos sumamente útiles, prácticos (listos para ser aplicados sin tanto rollo) y lo mejor, motivadores por su gran calidad!!

    Muchas gracias, felicidades y aquí sigo leyendo este excelente blog!

    Uriel

    • Muchísimas gracias por el comentario Uriel. Tanto el feedback como dedicar un par de minutos a compartir con el resto tu caso contribuyen a añadir valor al blog. Un saludo!

  5. Gran artículo Iago!
    Voy a intentar aplicarlo en la fase de búsqueda de información. Muchas veces me pierdo y obtengo información muy interesante y valiosa que me lleva a otro lugar, mientras el proyecto que tengo entre manos queda de lado.

    Saludos

    • Gracias Laura por tu comentario, y si no me falla la memoria, ¡bienvenida! Pero de hecho, si tu problema es el que defines, lo que detecto más bien es falta de concentración. No porque tú no te concentres, sino más bien porque te resulta fácil desviarte hacia otros temas mientras trabajas.

      Lo que te recomendaría (mucho más adaptado y concreto para tu problema) es que mientras buscas en el ordenador o similar tengas al lado una «breadcrumb list» en un papel. Está todo explicado en este otro artículo y responde exactamente al problema que describes: https://iagofraga.com/2011/03/una-solucion-eficaz-para-recuperar-la-concentracion-tras-una-interrupcion/

      PD: Si ves, que apuntar la lista en un papel no te funciona, tengo una forma más agresiva de recuperar la concentración pero prueba con esto primero porque cuanto menos «esfuerzo de organización» necesites, mejor. Así que lo reservamos por si esta fracasa.

  6. Iago,

    ¡Excelente artículo! Me suele pasar muy a menudo que estoy encarando un proyecto y dedico demasiada energía y tiempo a actividades secundarias o en tareas que no tienen nada que ver con el objetivo buscado, espero que estos tips me sean útiles!

    Saludos!

    • Hola Germán,

      Me alegro de que te haya gustado. El objetivo era exactamente ese, «no te dejes ocupar por lo pequeño y concéntrate en lo fundamental» de tus proyectos.

      He intentado darle un tono menos abstracto pero la verdad es que los 4 factores están fuertemente liados y espero que estén suficientemente claros como para aplicarlos cuando llegue la hora de la verdad, que no es otra que cuando hay que adivinar cuales son las tareas principales y cuales los añadidos.

      Será interesante saber qué tal funciona va si lo aplicas, no dejes de comentarlo! Un saludo

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