Una de las cosas que más me frustraban cuando empecé en el mundo de la productividad es que incluso la mayoría de aquellos libros que decían hablar de productividad personal, hablan en realidad de «gestión de tareas y tiempos».
No me extraña que la mayoría de métodos acaben fracasando cuando los implementas (y no por tu culpa) porque intentan gestionar elementos que no entienden y en los que no han profundizado mucho.
Un ejemplo flagrante de esto es que nadie te habla de estrategia y ésta no solo es un pilar muy importante de la productividad, sino que es exactamente el pilar que conecta a todos los demás.
Sin estrategia solo vas a ir dando tumbos
Podríais pensar que aquí estoy hablando de técnicas menores como la técnica Pomodoro, la matriz de Eisenhower o «herramientitas de estas» pero ¡para nada! Lo que digo es aplicable al mismísimo GTD y que no hable de estrategia me parece uno de sus fallos más flagrantes.
Aunque también le concederemos que fue un pionero, pero a día de hoy no tiene sentido seguir aplicándolo tal cual.
Este problema empieza en la mayoría de los métodos exactamente cuando vienen a proponerte que, si quieres lograr avanzar en un tema, lo que deberías es apuntar la primera acción.
Ahora bien, veamos por qué eso es un auténtico despropósito.
Caso A – Cuando el plan es híper-evidente
Si tu objetivo fuese algo tan simple como hablar con tu jefe para pedirle un aumento, tu plan es evidente.
Las etapas están todas claras en tu cabeza:
- Organizas una reunión con tu jefe
- Preparas tus argumentos
- Le pides un aumento
No obstante tu método te oculta todo este plan y te pide que solo escribas la primera acción.
O lo que es lo mismo, te deja que liberes la primera acción pero toda la lógica, el plan y las frases que dan sentido a esa acción las deberás llevar tú en la cabeza.
Esto es una tontería porque es muy probable que el plan cambie en tu cabeza (no está escrito), puedes olvidarlo si es mínimamente complejo y, en principio, un método sirve para encargarse de estas cosas y que tengas tu cabeza 100% disponible para lo que tienes entre manos.
Ya solo en este caso, no compensa no escribir tu plan (que es la parte central de toda estrategia).
Y, por cierto, así «en paralelo», cuando alguien tiene un plan tan claro y aun así no organiza la reunión, el problema no suele estar en apuntar la tarea, sino en un problema de proactividad (sé lo que debería hacer pero hay una causa que me bloquea).
Nuestra productividad es una proyección de lo que está pasando en nuestra cabeza, no todo se soluciona exigiéndote más.
Tu productividad es una proyección de lo que está pasando en tu cabeza, no todo se soluciona exigiéndote más.
Caso B – Cuando el plan NO es evidente
Cuando intentas un objetivo que nunca antes habías logrado, la cosa se complica todavía más .
Si tu objetivo es ir a la luna (que puede ser y, además, te invito a que utilices la productividad para objetivos ambiciosos y no para cosas triviales) escribir la primera tarea no va a tener sentido.
¿Por qué? Porque tu problema principal es que quieres ir a la luna pero no tienes ni idea de cómo se hace.
Aquí tu método sería igual de contraproducente que un jefe que te pone más y más presión con un problema urgente que no sabes cómo resolver.
En vez de ayudarte, te va a forzar a saltarte lo que deberías hacer (buscar primero un plan tranquilamente y coherente y luego hacer todas las tareas una tras otra) para obsesionarte con una tontería puntual (que decidas hoy y ahora la primera acción sin atender al resto).
Más estrategia y menos tareas
No cabe duda que vamos hacia la era de las ideas, del conocimiento, de la información y de la automatización, pero todavía estamos en transición.
Estamos pasando de un mundo en el que hacer tareas tenía todo el valor a otro en el que la idea es la que tiene el valor.
Pero las ideas deben ser buenas, completas y factibles.
Por eso para que seas más productivo, siempre tendrá más valor tener un plan completo y coherente que la primera acción acabada de un plan por escribir (y por verificar su validez, evaluar su viabilidad, etc.).
En este periodo de transición además, se da la paradoja de que tenemos las ambiciones del futuro pero seguimos con los complejos del pasado.
Queremos hacer menos tareas y en menos tiempo pero seguimos considerando tachar tareas como indicador de avance. Y esa ambición por tachar nos ciega.
Es difícil, ¡ojo! Si eres freelance y no sacas trabajo adelante es difícil al cabo de dos días de estrategia mantenerte en tus trece y no empezar a pensar que no estás «perdiendo el tiempo».
Pero el estratega es el mejor productivo que existe.
Hace pocas tareas, escoge bien hasta su trabajo, siempre está muy bien equipado y además no para de aprender. ¡Es el ideal!
Ahora bien, una persona estratégica en productividad pasa mucho tiempo mirando al techo con un lápiz en los morros.
Porque el núcleo de esa super-productividad no se basa en marcarse objetivos sin interés que ya sabes cómo hacer y pasarte los días haciendo las tareas, sino en marcarte objetivos que tienen una ingente cantidad de sentido para ti, aunque no sepas cómo abordarlos al principio pero para los que te vas a dar el tiempo de pensar una estrategia.
Así que, menos obsesión con la primera tarea y más estrategia. Es hora de concentrarse en mirar el techo 😀
7 comentarios
Me parece que es tambien por el nivel de comprensión que hay sobre la estrategia, su aplición y sus beneficios, que nos muestras claramente en el tema de la productividad. Viene bien desarrollar y cultivar el pensamiento estratégico.
Saludos
Totalmente de acuerdo, José Juan. ¡Un saludo!
Excelente articulo Iago !!
Difiero de Jose Miguel Bolivar cuando dice la estrategia sin la parte de control que ofrece GTD, no sirve para nada. GTD lo unico que ofrece es hacer las cosas correctas en el momento correcto. La Estrategia es tu experiencia, como has enfrentado los problemas y que has obtenido. Que piensas hacer y como hacerlo, cual es el mejor camino, el que te ofrece el menor costo y los mas grandes rendimientos.
Y si… si los Valores Morales no pesan mucho, entonces también las oportunidades ilegales de conseguirlo.
Concuerdo con Iago en darle una mayor importancia al tiempo de pensar una estrategia.
Saludos
Efectivamente, Humberto. Yo sigo viendo más capacidad de mejora en la estrategia que en la ejecución. Aunque es verdad que, especialmente en momentos de sobrecarga, sin claridad y control para ejecutar las tareas, la estrategia pueda parecer superficial.
Pero para nada. La estrategia es lo que nos transforma una situación de crisis y urgencia para cualquiera en una situación totalmente normal. Porque quien no tiene estrategia hace lo que se encuentra. Y ahí es donde cada día se convierte en una sobrecarga.
¡Un saludo, Humberto!
Entonces… escribir un plan puede ser el principio de toda estrategia; de acuerdo. Mañana, a ponerlo en práctica. Saludos.
Hola Eduardo,
Efectivamente.
Y el plan es exactamente la «explicación humana» que le da sentido a los diferentes componentes de tu estrategia. Así que un plan tiene forma de texto que te explica qué vas a intentar (en grandes líneas), con qué acciones concretas lo vas a intentar y por qué crees que esas acciones concretas te van a bastar para lograr tu objetivo.
Por eso el prerrequisito obvio antes de escribir un plan / estrategia es tener el objetivo que vas a abordar perfectamente definido.
¡Un saludo!
Hola Iago. Decir que un metodologái que en su 50% es estrategia no presta atención a la estrategia es una afirmación que solo puedo entender desde la ignorancia o la mala intención. Como te conozco, en tu caso descarto la segunda, por lo que me atrevo a sugerirte que le des una segunda lectura a GTD, ya que su método de planificación natural de proyectos de es puro diseño estratégico, al igual que el modelo de 6 niveles de perspectiva es una herramienta para diseñar y aterrizar estrategias.
Dicho esto, la estrategia sin todo lo demás (la parte de control de GTD) no sirve para nada. Y no porque lo diga yo, sino también porque lo decían otros como Kotter o Drucker: «la estrategia es una commodity, la ejecución es un arte». Diseñar estrategias es sencillo, cualquiera puede hacerlo. Lo verdaderamente complicado es llevarlas a cabo.
Un abrazo