Conciliar familia y trabajo: 7 cambios sencillos (sin estrés)

conciliar trabajo y familia

Conciliar la vida laboral y familiar bien no es una habilidad que mucha gente domine ni sea muy fácil de aprender de cualquiera porque, para empezar, a casi nadie le suele interesar aprenderla hasta que ya es un poco tarde y han empezado las primeras consecuencias.

No obstante, sea ya un poco tarde para ti o vengas antes de los primeros signos de fatiga, es posible que con este artículo te lleves un par de sorpresas muy positivas. Empezando sin ir más lejos porque conciliar familia y trabajo no es un «problema» (como la mayoría cree), sino una oportunidad a tu alcance y hay veces que, por la carga de trabajo excesiva que tenemos, no lo vemos así.

¿Por qué me interesa a mí conciliar familia y trabajo (lo concreto)?

Si antes solías responder algo como «porque tengo que hacerlo» ibas mal encaminado. A eso me refería con el pesimismo de ver esto como un problema.

Olvida esa idea. Es como salir a jugar un partido asumiendo que tú vas a perder y que «a ver si no te meten muchos goles».

Para que encuentres sinergias, le tomes cariño a las pequeñas acciones y que te pague con creces frutos conciliar familia y trabajo, tienes que llevar esa atención hacia lo que representa para ti una oportunidad si concilias bien. Lo que ganas tú.

Así que vayamos con eso.

Ventajas y beneficios de conciliar trabajo y familia

1.Primero, vas a librarte (¡por fin!) de un montón de cosas malas.

Típicamente si conciliabas mal:

  • Tenías malas caras de familia y amigos (porque no te ven o porque no cumples tus compromisos)
  • Te perdías tu vida personal y el tiempo de calidad con tu familia
  • El poco tiempo del que disponías en el trabajo se convertía rápidamente en apagar fuegos
  • En ambos mundos no llegabas a la parte de disfrutar, lo que hacía que te desmotivases rápido y podía empezar un efecto dominó negativo (como voy sin ganas lo hago mal, como lo hago mal tengo que quedarme más horas, como me tengo que quedar más horas paso aún menos tiempo en familia y se vicia más el ciclo)

En definitiva, te llevas lo peor de cada mundo y la espiral gira en negativo.

Segundo, lo normal se vuelve bueno y desencadena oportunidades.

Por el contrario si concilias bien:

  • Tienes tiempo para disfrutar tanto de tu oficio (que recordarás por qué te gusta tanto) como de tu familia.
  • Vas a sentir el efecto dominó en positivo (como te vas a casa con tiempo descansas y haces planes, eso te trae de vuelta a la empresa motivado, con eso disfrutas y tienes buenas ideas, las buenas ideas en tu pasión te ponen de buen humor y te permiten salir antes, etc.)
  • La conciliación se vuelve mucho más fácil (porque pasas más tiempo trabajando/disfrutando y menos «resolviendo crisis» de llegar justo a todo).
  • Recuperarás el tercer frente y primero que sacrifica la mayoría: Vas a tener tiempo para ti, tus proyectos, descansar y vivir tranquilo.

Y eso, créeme que ya es otra forma de ver las cosas.

La espiral gira en positivo y tú lo disfrutas como primer accionista de tu vida.

Los 7 cambios para conciliar trabajo y familia

Con esta nueva óptica ya parece que apetece un poco más saber cómo se hace y por eso te propongo mis 7 mejores consejos para conciliar mejor la vida laboral y la familiar:

1. Asocia que conciliar es: saber renunciar a lo pequeño para salvar lo grande

Todos queremos hacer las cosas perfectas, vivir tranquilos y evitar las situaciones incómodas pero, todo tiene un límite.

Como se complican las tareas fáciles

Si por querer dejar el trabajo «sin peligros» cada día estás dispuesto a pasar tu hora de salida en media hora o si por no querer esperar a la tarde haces llamadas personales en tiempo de trabajo, estás cometiendo pequeñas transgresiones que pueden acabar convirtiéndose en una bola de nieve. Y sinceramente, casi nunca valen la pena.

Las tareas, por pequeñas que sean son tareas y pueden complicarse. Las llamadas, exactamente igual.

El factor psicológico

El problema cuando una de esas tareíllas «que parecían fáciles» se complica es que te encuentran el peor sitio y lugar posible. Tú no deberías estar haciendo eso y sin embargo te pide un doble o nada. O haces otra excepción a mayores o pierdes el esfuerzo que acabas de hacer. Y aunque lo correcto (de nuevo) sería parar aquí ya es más difícil por cuestiones de psicología.

Este fenómeno de hecho se conoce como escalada de compromiso y, en resumen, para ti cuánto más te enredas en un tema más reacio eres a dejarlo ir sin resolverlo (porque supondría todo el esfuerzo y energía que le habías puesto).

Cómo conciliar (renunciando a lo pequeño para salvar lo grande)

Conciliar trabajo y familia cuesta, se entrena y requiere paciencia pero sobre todo, ten muy presente que no vas a conseguir tener tiempo tanto en el trabajo como con tu vida personal y familiar si no le dices que «no» firmemente a algo así que para conseguir todas las ventajas de conciliar que te contaba antes vas a tener que sacrificar algo.

Si no queremos sacrificar lo importante lo suyo es que aprendas a decirle que no a estas cosas pequeñas.

Y no te preocupes. Al principio es un poco difícil irte a casa sin dejarlo todo atado, con tareas incómodas a medias o decirle a tu pareja «Cariño, no puedo llamar mañana desde el trabajo porque en el trabajo necesito estar al 100% trabajando». Pero con el tiempo, el efecto en espiral hará su trabajo y lograrás el objetivo grande: conciliar trabajo y familia.

Y ya te sobrará tiempo para hacer o no hacer todas esas pequeñeces que, con frecuencia, no eran tan importantes como parecían.

2. Entrena tu conciliación con situaciones reales pasadas (no imaginarias futuras)

Hablando del futuro todos seremos perfectos, hablando del pasado somos mucho más realistas. Al menos eso es lo que nos indican los autores más punteros en estos momentos de economía comportamental (behavioral economics) como Dan Ariely o Kristen Berman con estudios muy interesantes al respecto.

Cómo nos engañamos con optimismo injustificado

Por poner un ejemplo, si yo le preguntase ahora mismo a una empresaria alumna mía por qué no ha podido realizar una tarea concreta en los últimos 2 meses, como por ejemplo, «enviarle una propuesta a un cliente», es muy probable que hiciese memoria y me respondiese con algo como «tuve mucho trabajo, tenía que ocuparme del proyecto Z antes, el programa informático iba lento, etc.».

En resumen: respondería con esas cosas pequeñas concretas que pasan a diario en una empresa pero que nadie escribe cuando diseña su negocio ideal.

Sin embargo si le pregunto si va a poder hacerla en los 2 meses que vienen es mucho más probable que la respuesta sea algo como: «¡Claro que sí! Me lleva 30 minutos. En 2 meses la tienes seguro.»

Una respuesta mucho más optimista pero probablemente menos realista. Al fin y al cabo, prometer resultados sin consecuencias en el futuro no cuesta nada pero para hablar de éxitos en el pasado sí que hubiese habido que hacer bastantes sacrificios.

Cómo entrenar tu capacidad de conciliar con tu pasado

Por eso, si quieres aprender a conciliar vida laboral y familiar y entrenarte, es mucho mejor que no esperes a que llegue mañana la siguiente decisión que tomar, sino que te entrenes hoy con situaciones pasadas.

Haz como los ajedrecistas.

Los ajedrecistas no pueden saber qué partida jugarán mañana y no pueden prepararse para cualquier situación pero sí pueden estudiar las partidas y errores pasados, y gracias a su pasado mejoran su futuro.

Eso es lo que te recomiendo.

Al final de este artículo, en vez de decirte a ti mismo «¡Venga! ¡Mañana voy a intentar conciliar mejor!» (que en la práctica es como casi no hacer nada) empieza con un pequeño ejemplo concreto y pregúntate: «¿Qué podría haber hecho mejor ayer?»

3. Empieza a pensar que quieres conciliar 3 o más frentes, no 2:

Lo sé. Te he engañado un poco, pero si al principio del artículo te hubiese dicho que no tienes 2 frentes que conciliar (trabajo y familia) sino que son más, a lo mejor te daba un patatús.

Pero es verdad: son 3 (o incluso más).

El significado de la palabra conciliar tan solo quiere decir «hacer compatibles dos o más frentes» pero la inmensa mayoría de la gente es tan mala conciliando y sabe tan poquito de qué va esto que suelen empezar a poner medidas antes de saber incluso qué quieren conciliar. Y claro, así es complicado que funcione…

Así que mi siguiente consejo es que sigas por ahí: párate a pensar qué aspectos de tu vida quieres conciliar y luego (y solo luego) empieza a tomar medidas al respecto.

No obstante ya te avanzo yo que el problema frecuentemente suele girar en torno a las 3 «vidas» (¡pero no 2!) que más frecuentemente necesitamos conciliar:

  • Tu vida laboral
  • Tu vida familiar
  • Tu vida personal

¿Vida personal? ¿Pero yo puedo tener una de esas?

Es muy común que se confundan (o que incluso ni se disocien la vida personal de la familiar pero nada más lejos de la realidad). El tiempo que pasas con tu familia es uno y sirve para una cosa y el que pasas contigo mismo, tus ambiciones, tus hobbies y tus cosas sirve es totalmente distinto y sirve para otras cosas.

En otras palabras: podrías reducir tu jornada a la mitad, encargarte «ahora que puedes» muchísimo más tiempo de tus hijos al día y notar que «no sabes muy bien por qué» pero la conciliación no te ha servido para lograr esa «calma que querías».

Y sería lógico porque conciliar tu trabajo y tu familia no hará que tu vida personal esté perfecta de la noche a la mañana.

El cambio importante aquí es: no pienses nunca más en «conciliar» a secas. Tu vida tiene más de dos aspectos y conciliar sirve para que cada uno tenga su sitio y ninguno abuse de otro.

4. Ábrete a conciliar más aspectos que conciliar horarios:

¿Si trabajas 8 horas pero llegas a casa sin energía ni ganas para hacer nada puede decirse que has conciliado correctamente?

Yo creo que no. Lo que diría es que sabes conciliar horarios, pero no diría que estás conciliando bien ambos frentes porque conciliar se puede (y debe) hacer con más factores que con el tiempo. En este ejemplo además estarías dándole toda tu energía y atención a un aspecto de tu vida y privando al otro de ese mismo recurso.

¿Qué más puedes conciliar?

Conciliar dinero o energías por ejemplo son algunos de los frentes de los que casi no se habla porque aún a día de hoy en empresa el nivel productividad es muy muy bajito, pero los síntomas están a la luz del día.

Con las energías ya de acabo de dar un ejemplo de mala conciliación pero, con el dinero por ejemplo, he visto muchos casos de autónomos que, aun teniendo el dinero para llevar a cabo bien sus proyectos profesionales, están constantemente intentando todo «sin gastar» por lo que pueda pasar en el futuro. El resultado es que hacen un sobre-esfuerzo muy grande en el trabajo para intentar preservar unas finanzas personales cuando probablemente no solo no sea necesario, sino que esas finanzas podrían ir mucho mejor invirtiendo en si mismos.

Piensa más en que conciliar es hacer que un aspecto de tu vida «no abuse» de otro y que hay muchas formas y recursos por los que tus frentes compiten (atención, tiempo, dinero, energía, prioridad, momentos, etc.).

Y por cierto

Los ejemplos no son aleatorios. Si quieres empezar a conciliar más cosas que el tiempo, mi recomendación es que empieces por fijarte en las energías y en el dinero. Si los atribuyes todos a un aspecto de tu vida y el resto no pueden usarlos, entonces te vendrá genial mediar ahí también.

5. Pon por escrito los compromisos y obligaciones de cada parte

Te voy a contar un caso personal con esto. Cuando empecé a trabajar como autónomo desde casa en Francia, iba ultra-mentalizado de que el trabajo iba a hacerlo en un tiempo al día y que todo lo personal iba a hacerlo en otro.

El sistema funcionó a bastante bien excepto por una cosa: cuando el mundo real te lanza cada 5 minutos excepciones a la cara que no sabes dónde encajar.

En seguida descubrí que mis reglas en un postit no estaban «listas para usar» y que aunque en mi cabeza estaba todo muy separado, me quedaba una larga lista de casos concretos por decidir.

Todo era campo de batalla:

  • qué se considera trabajo y qué no (para hacerlo o no durante el tiempo de trabajo),
  • a qué hora es normal parar si trabajas en lo que hasta antes de ayer era tu hobby,
  • es formación cuando leo en mi tiempo libre de un tema que me apasiona,
  • ¿y si me encanta programar una herramienta para el trabajo?,
  • etc.

Pero lo peor no es eso, lo peor es que cualquier acción, por mucho que te haya costado hacer lo correcto en su día, según las circunstancias más adelante puedes verla como buena o como mala. Y entonces ya no solo sabes si estás aplicando tus reglas de conciliación bien, sino que empiezas a dudar de que haya que hacerlo.

El truco es dejarlo por escrito

Escribe todo lo que puedas las fronteras entre una vida y otra si quieres poder conciliar trabajo y familia (y vida personal).

Por ejemplo yo tengo unos compromisos escritos (que siguen activos hasta día de hoy) de lo que le toca hacer al Iago en tiempo personal y lo que le toca hacer al Iago en tiempo de trabajo. Esto deja claro desde quién recoge la mesa de trabajo si me tomo una taza de café durante el trabajo hasta cuándo se puede ver un email personal.

Y aunque pueda parecer que va a ser una lista gigante, en la práctica no es así porque solo necesitas escribir lo que cause conflicto.

Así que no tengas miedo: escribe. Cuanto más claras sean las fronteras, menos tiempo pasarás gestionando los problemas de cruzarlas a diario hasta que sepas hacerlo bien.

6. Céntrate en tomar medidas más que acciones puntuales

Roy Bausmeister en su libro WillPower (Fuerza de voluntad) explica (con varios estudios) que la fuerza de voluntad que tenemos las personas no funciona como un músculo, sino como una batería. Es decir: contrariamente a lo que muchos creíamos, cuanto más la ejercitas no se fortalece más, sino que te queda menos.

El libro es fascinante y te lo recomiendo si no te lo has leído (creo solo existen en inglés, lo tienes aquí si quieres) pero para ir al grano, tienes muchas más probabilidades de conciliar mejor implementando pequeñas medidas en tu entorno (pequeños cambios que evitan que hagas los comportamientos que no quieres) que a base de fuerza de voluntad (esperando cada día acordarte de evitarlos).

Por eso, cuando tengas un caso concreto de comportamiento que quieras cambiar: piensa en qué medidas concretas te pueden ayudar, implementa pequeños cambios y déjate seguir viviendo igual que antes dejando que la medida haga su trabajo.

Por poner un ejemplo: si quieres tener dinero personal cada mes, no esperes acordarte, prográmate una transferencia el 1 de cada mes a una cuenta nueva. Esto de hecho sería la manera correcta de implementar lo que los americanos llaman el «Pay you first». La idea es que si pones la medida no tienes nada que hacer, pero si te acuerdas a final de mes, es posible que ni quede dinero en la cuenta.

Medidas y no fuerza de voluntad. Recuérdalo.

7. Empieza con un primer objetivo y que sea muy visible

Conciliar por conciliar puede ser un poco engorroso (sobre todo al principio) porque:

  • no tienes horizonte claro,
  • no sabes qué puedes conseguir
  • y no sabes muy bien por dónde empezar.

Por eso, no estaría de más que te fijases un primer objetivo claro, concreto y muy visible a poder ser.

Es decir, en vez de empezar a «conciliar a diestro y siniestro todo lo que se te ocurra», concéntrate más bien en crear tu primera victoria visible que te haga cogerle cariño a conciliar y te recuerde por qué vale la pena cada minuto que le dediques esto.

Los objetivos de conciliación visibles pueden tener muchas formas pero, retomando algunos de los muchos consejos y ejemplos que te he ido dando aquí puedes empezar por algún objetivo como:

  • Conseguir salir todos los días de un mes antes de las 16h del trabajo
  • Ya no ver ningún email de trabajo en horas personales
  • Auto-atribuirte X€ y/o X horas al mes para tu ocio personal (ni vida laboral, ni vida familiar)
  • Conseguir la semana laboral de 4 días (de este tengo ya bastante información de ayuda aquí y aquí, por cierto, y mi experiencia tras un año usándola en este otro)
  • Etc.

Concluyendo

Ya sabes que esto va en ambas direcciones así que no dejes de comentarme si ya has probado alguna de estas técnicas y te han funcionado o si has probado otras cosas qué tal te ha ido. Si te ha gustado, no olvides compartirlo en las redes y gracias de antemano.

Por cierto, si te gusta lo que lees, tienes mi guía gratuita para organizarte mejor, puedes descargarla gratis aquí.

Personalmente, estas técnicas las he probado todas y son de las que uso «a diario» por lo que si estás teniendo alguna complicación con alguna o prevés implementar alguna y necesitas ayuda ya sabes que estoy aquí para lo que necesites.

¿Listo para empezar el año :D? ¡Pues que tengas muy muy buen comienzo de año!

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4 comentarios

  1. Um! Muy interesante, gracias por compartir Iago.
    Me ha impactado mucho lo de generar espacios aislados. No hacer cosas personales en el trabajo y viceversa.

    • Sí, es muy importante (que no por ello fácil). Pero como repito muchísimo: «si tu tiempo profesional invade al personal, el tiempo personal acabará por invadir al profesional».
      Mejor hacer cada cosa cuando tienes las buenas herramientas delante.

      ¡Un saludo 😀 !

  2. Felicidades Iago. No se que tienen tus posts pero tienen algo quee siempre me hace pensar mucho.
    Creo que me animaré a salir a las 17 cada día. Siempre le busco una excusa y tienes razón… Gracias por tus aportes!!

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