Vale, puede que la idea en sí te haga coñita ahora mismo, pero la explicación tiene bastante de científico.
Hace un tiempo que revisando mis objetivos, me decidí a plantarle cara a mis miedos y poner en mi papel el objetivo que hasta ahora no ponía pero que pensaba con todas mis fuerzas: «Mi objetivo número 1 es ser feliz».
Esto es a la vez inspirador e inquietante. Porque, aunque por fin afrontaba seriamente mi necesidad número 1, ésta es tan inmensa que no sabía por dónde cogerla. Además en seguida entraba mi conciencia a leer fríamente ese papel y juzgarme con pensamientos como: «Iago, en algún momento te pasaste de organizativo a soñador».
Pero no fue así. Gracias a darme un corto margen de confianza intenté entender cómo funciona esto de la felicidad y saqué la que hasta ahora es una de las conclusiones más sólidas que he deducido jamás (¡y eso que viene de mi «yo soñador»!):
Deduje lo siguiente: Uno de los factores clave de la felicidad es la memoria.
La importancia de la memoria
Encantado con mi resultado y su simplicidad le pasé la mano al «yo frío y calculador» de nuevo. El modelo parecía coherente, así que sólo sacaría algo en limpio si conseguía explotarlo.
Soy capaz de entender que soy más feliz cuanto más frescas tengo en la memoria las buenas noticias y menos feliz cuando lo más reciente es algo malo. Cuando me olvido de todo simplemente tiendo a un estado neutro en el que nada en particular afecta mi estado de ánimo.
Estas conclusiones me gustaban porque respondían igual que la felicidad real, así que mi modelo daba buenas señales. Era capaz de explicar por qué soy feliz cuando mi equipo mete un gol pero dos horas después del partido (¡si nada me lo recuerda!) ese gol ya no me influencia.
Así que para mí la felicidad es algo así:
Los picos son más agudos cuanto más importante es la noticia que recibo y son tanto positivos o negativos dependiendo de si son éxitos o fracasos.
Mi idea es la siguiente. Cuando tenga un fracaso dejaré que la memoria haga su trabajo olvidándolo con el tiempo, mientras que cuando tenga una victoria intentaré retener toda la felicidad que pueda para siempre ir aumentando. Mi nuevo esquema de la felicidad tendría esta forma:
Y para eso sólo necesitaba una cosa: recordar mis victorias. ¿Cómo conseguirlo? Ni más ni menos que escribiendo tu lista de victorias.
Creando la lista de victorias
Ahora que ya tienes el concepto claro, definir tu lista es muy fácil. El principal fracaso de una lista de victorias como puedes apreciar no es que la hagas mal, o incompleta, para nada. ¡El principal problema es olvidarla!
Así que ese es todo tu objetivo, tenla presente y ponla bien a la vista. Una sugerencia: tenla cerca de tu centro de organización, será allí donde más la necesites. Aún así hay un par de reglas sobre cómo configurarla y cómo usarla. Vamos rápidamente con ellas:
1. Apunta lo que más te cuesta
Cogiendo por ejemplo este blog como objetivo, empezaría por apuntar los pequeños detalles que me llevaron mucho tiempo, invisibles pero logrados. A veces trabajas un día entero por un avance muy pequeño pero que te desbloquea para hacer algo imprescindible al día siguiente. No pierdas la oportunidad de apuntar que le hiciste frente con determinación.
2. Aprovéchate de las derrotas superadas
El ser humano está desequilibrado de por sí. Cuando perdemos algo lo sentimos muchísimo más que cuando ganamos esa misma cantidad. Es como si estuviésemos acostumbrados a ganar (¡menuda mentira!). Así que tenemos que olvidar las derrotas pero podemos beneficiarnos de ellas si las superamos. Por ejemplo, cuando por algún casual estuviste en un estado de emergencia y lo resolviste. Eso es una doble victoria.
3. Apunta el entorno
En ligera relación con lo anterior, una victoria se da en unas condiciones. Es más, a menudo son hándicaps. Pero si son ventajas puede que aprendas mucho más. Si en tu lista de victorias anotas por ejemplo que ese día sacaste adelante muchísimo trabajo pero porque «habías dormido muy bien». Tu reacción no debe ser quitarle importancia a esa victoria, sino marcarte como objetivo el dormir siempre bien.
4. Motívate e inspírate
Como mencionaba cuando hablaba de optimizar tus tareas frecuentes, los problemas se resuelven en menos tiempo utilizando la solución anterior. Cuando necesites resolver algo y no sepas por dónde cogerlo, una victoria pasada puede autoinspirarte. Si puedes aprender estrategias militares leyéndote una batalla de Napoleón da por seguro que puedes recordarte a ti mismo como habías resuelto algo.
5. No menosprecies la felicidad que otros te generan
Ayer en concreto me encontré esto revisando mi twitter:
Si no conocéis a Jerónimo, os diré que con su blog El Gachupas es reconocido como un top blogger de organización (desde aquí un saludo). Pues bien, hay dos reacciones posibles ante una situación así: dejar que el comentario vaya bajando en mi twitter con el paso del tiempo o apuntarlo en la lista. Y la única válida es la segunda porque es la que te dará de nuevo motivación cuando sigas con tu trabajo de hormiguita.
6. No existe el estado neutro
Cuando no estés triste, tienes motivos para ser feliz. Si no me crees, mira tu lista. ¿Aún no te he convencido? Entonces piensa en lo que pasaría si lo perdieses todo. Indudablemente empezarías a recordar lo que tenías y habías logrado. Así que cuando crees estar neutro, sí tienes motivos para ser feliz. Y esto debe ser tu arma fundamental para conseguir nuevos éxitos, partirás de un estado de ánimo mejor.
Resumiendo
Te lo debes a ti mismo. Llevas tanto tiempo trabajando en subobjetivos que ni eres capaz de recordar para qué habías trabajado tan intensamente. Cuando tienes un éxito te mereces tu medalla, y la memoria a este propósito es tu vitrina personal.
Sólo te pido una cosa antes de que empieces tu insuperable lista de victorias. ¿Vas a hacer ahora tu lista? ¿Sabes de alguien a quién este mensaje le pueda interesar? Gracias de antemano por gastar unos segundos compartiendo tu opinión.
9 comentarios
Una lista de logros , nos rescata y nos inspira para conseguir nuevos… Un abrazo y gracias por tus enseñanzas.
Muchas gracias a ti por comentar Mauricio, ¡un saludo!
!Que bueno! Ya estoy haciendo la mía 🙂
Hola IAGO! Descubriendo tu Blog, buscando soluciones, alternativas, formas de mejorar. Buena idea la de apuntar victorias. Todo lo de apuntar genera esas dudas de lo que pensarían los demás si vieran o leyeran nuestras listas, pero si bien es cierto, en mi caso particular, mi búsqueda se genera en optimizar mi trabajo, y las tareas de un grupo de gente algo más jóven que trabaja conmigo,ahora caigo en la cuenta que este año que pasó fue uno lleno de pequeñas grandes historias-victorias, y que ni siquiera nosotros caímos en ese recuento. Buenísimo, planeando cosas para este año que se inicia y con la idea de rescatar todo aquello que signifique victoria para ser cada día mejor.Ya se pone en marcha una lista de muchas, muchas victorias que seguro vendrán. Felicitaciones por el reconocimiento de «El Gachupas» que no es pocoooooo!!!!
Abrazo cariñosoooo!!!
Hola Argentina,
Gracias por compartir tu opinión. El miedo a que lo lean terceros es una nimiedad comparado a la motivación que puedes recuperar releyendo tu lista. En muchos momentos cometemos el error de pensar que estamos en una situación neutra o normal, cuando en realidad hemos dejado atrás toda una serie de victorias que no conviene ni olvidar ni despreciar como recurso. Un saludo y bienvenida al blog.
Hola Iago.
El concepto me gusta. Pero ¿es quen no somos españoles?
Te reirás sorprendido ante mi pregunta y te preguntarás qué tendrán que ver las témporas etc. pero ¿no suena muy a conductismo norteamericano de bote eso de mantener listas de triunfos? ¿No me sentiré ridículo si alguien un día lee en mi ordenador mi lista de triunfos?
Comprendo la idea. Yo tengo pegado en la parte interior de mi armario las cartas de felicitación de mis hijillos, donde me dibujan, ponen corazones y escriben cosas como «eres el mejor papá del mundo». Cada mañana eso me aporta unos segundos de felicidad que no consume tiempo de meditación,sino que aflora simplemente al abrir la puerta de mi armario, mientras busco los calcetines. No necesito leer los papeles pegados con cello, ya sé lo que ponen, aunque a veces los releea. Son mi principal fuente diaria de felicidad, motivación y orgullo. Así que te añado una sugerencia, un enunciado más para tus teorías.
«Convierte tus triunfos en imágenes».
Esa es la virtud de los portarretratos del mueble del salón, y los álbumes de fotos. Las medallas deportivas, el regalo que te hicieron los compañeros de trabajo, etc. Evocan momentos de felicidad y «victorias». Es más humano y menos americano, en el sentido despectivo que doy a esta palabra en relación con cierta palabrería para motivar a vendedores autónomos, que tanto estamos asimilando todos por otro lado, seamos o no vendedores. Y quiero añadir que simpatizo con todo lo americano, pero hay una diferencia cultural y «estética» con ellos. Hacerme esa lista de triunfos implica para mi el reconocimiento de una cierta debilidad y desorientación psicológica, porque… no debería necesitarlo.
Y en contradicción con todo lo dicho, voy a tratar de hacerme esa lista inmediatamente, aunque la vea con escepticismo. Ya te contaré qué tal me va.
¿La escribiré en inglés o en algún tipo de clave para que nadie se entere de lo que hago?
Saludos. Magnífico blog.
Hola «nuevoenelbarrio»,
No juzgues esa lista como algo que te debería causar vergüenza tener o por el miedo que te pueda causar el que otros la lean. En mi lista tiene cabida de todo y aunque le llamo «lista de victorias» sus funciones no tienen nada que ver con las de un Currículum por ejemplo.
La lista pretende motivar, la lista refresca tu memoria cuando ya hiciste algo y no te acuerdas de cómo (para repetirlo sin tener que volver a resolverlo) y la lista pretende que tus sacrificios no sean en vano. Solemos ser bastante menospreciadores de nuestro propio trabajo y mirar constantemente a la situación actual como punto de partida de todo (sin tener en cuenta lo que se necesita para llegar hasta ahí). Ahí es donde la lista entra en juego: es fuente de experiencia y motivación. Es mi medida personal para frenar la fuga de ambas y por sus resultados la recomiendo.
Un saludo!
Muchas felicidades por el post, me ha gustado mucho el planteamiento que realizas. Esta misma semana he estado reflexionando en mi empresa (@icapaxdotcom) sobre la importancia de los éxitos, su comunicación interna y el error de la minimización de los mismos… y este me ha parecido la guinda perfecta. En ocasiones viene más que bien poder mostrar que ciertas teorías son compartidas por personas ajenas al ecosistema donde te encuentras.
¡Muchas gracias por dedicar parte de tu tiempo a hacer mejor a los demás!
El valor de lo que se escribe en un blog es unicamente la utilidad que tiene para los lectores, por eso gracias a ti Manuel por ser capaz de sacarle utilidad.