Haciendo caso a la twittesfera y a las tendencias (¡porque la productividad también tiene tendencias!), parece que está de moda eso de asociar la mañana y la productividad: el combo perfecto.
Es como si nos resultase más fácil intentar una «mañana productiva» que una «hora de la siesta productiva». Obviamente, no se puede hacer un balance tan simplista y espero que lo leáis con la misma ironía con la que lo escribo.
El debate: ¿Aprovechas los ratos tranquilos como el desayuno?
Soy un defensor de que los esfuerzos hay que hacerlos allí donde el beneficio será mayor y el esfuerzo menor (máxima rentabilidad). Por eso a veces, los mayores avances en productividad se pueden conseguir en momentos delicados como el desayuno.
Así que mi pregunta es:
Sin embargo, tampoco creo que a nadie le apetezca obsesionarse con la productividad. Es posible que exista en algún lado un balance pero estamos obligados a responder a la pregunta de si queremos o no declarar ciertos momentos del día «libres de productividad».
Con frecuencia llega la noche y lamentamos algo que no hemos hecho sin tener en cuenta que no nos hemos dado la oportunidad de mirar la agenda en ningún momento. Una rutina con 30 segundos de planificación en el desayuno parece suculenta. Eso sí, ¿vale la pena sacrificar la tranquilidad del desayuno?
¡El debate es tuyo! ¿Qué opinas al respecto y por cuál de las dos opciones te decantas? ¿Utilizas ratos tranquilos como el desayuno para aumentar tu productividad, o los declaras como ratos tranquilos donde la optimización está prohibida? Nos vemos en los comentarios.
18 comentarios
Cuando desayuno oigo la radio para enterarme de las noticias. Pero creo que voy a dejar de serlo porque me ponen de mal humor.
Mi profesor de ingles en la preparatoria decía mucho la frase «Age quod ages» en latín que es algo así como «haz lo que haces», si te enfocas solo en una cosa lo aras mejor, y siempre e vivido con esa frase, pero tal vez, dependiendo de la urgencia, necesidad o acción, podría valer la pena dedicarle unos segundos en el desayuno a algo que te podría ayudar o a lo que no tendrás tiempo de atender mas adelante.
Mi primer comentario x3.
El desayuno para mí es un momento de relajación y tranquilidad importante. Ni miro el correo, ni miro las cuentas bancarias (es importante evitar disgustos a horas tempranas…), ni actualizo FB, ni planifico el día (esto último lo hago el día anterior, al finalizar la jornada). Me dedico a tomarme mi tiempo, a disfrutar del «momento-zumo-caféhumeante-tostada» y a charlar con mi pareja de lo que surja. A veces son cuestiones personales, otras son filosóficas, y otras, profesionales (ambos somos freelance). De lo que sí me he dado cuenta es que, en ocasiones, es un momento de creatividad. A ambos nos surgen ideas o aclaramos algunas otras. Quizás se deba a la tranquilidad del momento, al descanso…no sé. Creo firmemente que la productividad profesional empieza más tarde, después de un buen café 😉
Yo, !pienso! Es de os poquísimos ratos que dedico a ello. (fallo). Muchas veces hago nota de lo que tengo que hacer imprescindiblemente en todos los ámbitos de la vida. Desordenada, sólo paso una raya entre lo profesional, lo familiar, lo particular.Muchas son: llamar a… Y después, si vuelvo a encontrar la nota, tacho alguna de las que haya hecho. Ya ves, tengo que leer mucho tus páginas.
Cuando desayuno lo que hago es disfrutar del desayuno, simplemente.
Creo que algunas de las claves para ser una persona productiva son la alimentación y un buen descanso. Cada cosa a su tiempo 🙂
Hola,
Acabo de tratar de planificarme el día de mañana (incluso con detalle) y he descubierto lo siguiente:
– en el desayuno no hago absolutamente nada más que desayunar (tardo 2 minutos),
– luego hago un pequeño break a las 11 y aprovecho para charlar un poco con algún compañero del trabajo (no más de 5 minutos, pero aprovecho el tiempo para relacionarme…)
– la comida no me lleva más de 20 minutos (lo sé, como demasiado rápido) y enseguida estoy trabajando de nuevo…
– pero la cena es un momento bastante productivo para mi porque, no sólo comparto ese tiempo con mi mujer, sino que aprovecho para ver alguna serie en vso y tratar de aprender algo de inglés.
Conclusión: aprovecho los ratos tranquilos para descansar brevemente, pero el momento más largo de esos ratos tranquilos, que es mi cena, aprovecho para cuidar mi relación de pareja (lo más importante) y me relajo después de un duro día tratando de aprender algo de inglés a la vez que me divierto.
Volviendo al hilo del debate… «sí, aprovecho más el tiempo a medida que va avanzando el día, y no necesariamente por la mañana»
Saludos!!
Yo casi lo veo Ricardo como que lo tienes optimizado al 100%. Por como lo describes y los tiempos que tardas parece que no gastas ningún tiempo extra más del necesario en otra cosa que no sea la actividad principal. En otras palabras, no hay margen de optimización para ti en esos lugares.
Productividad no debería entenderse nunca como invadir nuestros descansos o espacios de recreo (siempre que estos nos sirvan y los utilicemos conscientemente).
Un saludo!
Gracias por tus comentarios Iago!
Siempre me da la sensación que me organizo fatal. Quizá sea que trato de abarcar más de lo que es posible.
Saludos
Hola a todos,
Observo una pequeña brecha entre encuesta y comentarios. Mientras en una la cosa está algo diversificada, ¡los comentarios van todos en la misma dirección!
De todas formas veo que el debate se ha centrado en el desayuno que quizás es uno de los «momentos tranquilos» que más se respetan. Pero si pensamos en la hora de la comida o de la siesta, me pregunto si el añadir esa precision hubiese cambiado significativamente las reacciones.
¡Gracias a todos por compartir vuestras opiniones!