¡Como lo oyes! La semana pasada he decidido consolidar lo que había sido hasta ahora un experimento y me paso oficialmente a la semana laboral de 4 días.
¿Quieres saber cómo me han ido mis primeras semanas de experimento y por qué me he decidido a dar este salto (a pesar de que tengo mil millones de cosas por hacer igual que tú)?
Pues agárrate a este post que te voy a contar todos los detalles.
Semana de 4 días: ¿por qué tiene tanto sentido?
Seguramente habrás oído que en ciertos países está de moda eso de reducir la semana laboral a las 35 horas o incluso hacer una semana de 4 días.
Pues bien, hace tiempo que quería probar esta idea y ver qué tiene de real y qué no para saber si tengo algo que ganar en ese cambio.
Ya te adelanto que hay una gran cantidad de blabla ahí fuera sobre si «es mejor para el trabajador», si «seríamos mucho más productivos» y bla bla bla, pero los estudios que yo he visto o no son nada serios o hay que tomarlos tanto con pinzas que no te sirven para saber si la semana laboral de 4 días te conviene a ti en concreto (para ponerla en marcha desde mañana en tu trabajo, por ejemplo).
No te olvides que yo soy emprendedor y que, como cualquier hijo de vecino, si me salto un día de trabajo mi empresa no avanza (o directamente retrocede).
Así que sí, quiero trabajar menos pero no a cualquier precio.
Cómo montártelo para que tenga sentido
A pesar de que llevo ya casi un mes y medio de pruebas, afortunadamente, he dado desde bastante pronto con un formato que me está funcionando muy bien.
No obstante, quiero avisarte desde ya que hay formas mejores y peores de intentarlo y que para que la semana laboral de 4 días tenga algo de éxito en tu caso concreto no basta con quitarte un día del calendario y ya está.
Al contrario, detrás de esa decisión hay muchísimas preguntas y ajustes que deberás resolver y es prácticamente ahí donde se define si vas a sacarle partido, cuánto, cómo y por qué.
El objetivo
Para mí la verdadera semana de 4 días pasaba efectivamente por:
- quitarme un día (y no redistribuir esas horas entre los otros 4, por ejemplo)
- y aun así lograr ser igual de productivo o más (que trabajando 5).
Si no se dan esas dos condiciones, yo considero que no, no eres más productivo (o no estás intentando exactamente una semana de 4 días).
¿Qué día quitar y por qué?
Mi forma de hacerlo por lo tanto es que decidí que no iba a trabajar los miércoles nunca más y, además, que ese tiempo libre que genero es exclusivamente para mí (ni obligaciones, ni tareas, ni tonterías que me vengan a hipotecar ese día libre).
Para mí ha sido clave elegir el miércoles como día a quitar porque uno de mis objetivos principales era realmente incidir en la productividad de los otros cuatro.
Viéndolo así, para mí el impacto máximo lo conseguía si:
- el día de descanso era simétrico o central (para afectar a los otros días por igual),
- rompía al máximo las rachas de cansancio / sobrecarga,
- y no por ello me creaba un fin de semana taaaan grande que me pierda cada lunes volviendo al trabajo
El impacto también en tu estilo de vida
Además, si hay una sola idea de Tim Ferris y su semana laboral de 4 horas con la que estoy totalmente de acuerdo (el resto del libro no te lo recomiendo, me parece mayoritariamente humo) es que ya no tiene sentido que agrupemos todas nuestras vacaciones en el verano o al retirarnos.
Es mucho más lógico e interesante ir intercalando periodos de actividad con otros de descanso que se retroalimenten y se cargan de sentido mutuamente.
Viéndolo así, estos miércoles libres en cada semana son micro-capsulitas de descanso y de disfrute de lo más agradables y que cumplen una función única (ya no solo en mi semana laboral sino en mi estilo de vida).
Si lo piensas a lo grande, son 52 días que le saco a cada año de disfrute puro.
Y lo más importante: vaya mi proyecto para arriba o para abajo.
¿Que va mal? Tranquilo y no agobies. Respirando se solucionan las cosas.
¿Que va bien? Mejor aún. Párate y disfruta antes de afrontar el siguiente reto.
Esto para mí era muy importante porque siempre me han guiado dos ideas:
- la productividad te está funcionando tan solo si te hace más feliz
- es tanto o más importante el camino como el destino
¿Y no sería mejor un fin de semana de 3 días?
En mi opinión no.
Con los objetivos que le pongo yo a la semana de 4 días, es mejor escoger un dia central.
Principalmente porque cuando empiezas a tener fines de semana de 3 días, tu cabeza ya no ve una pausa de un día sino que ve más el conjunto como un bloque de 3 días.
¿Y que pasa con un bloque de tres días? Pues que te pueden entrar ganas de tener fines de semana largos (y de llenarlos de cosas nuevas) en vez de usar tus pausas para funcionar mejor, algo que se aleja de mi objetivo.
Así que, por múltiples razones: el miércoles es mi recomendación.
¿Qué saqué en limpio y qué opino?
Una vez decidido cómo vas a implementarla, lo mejor es recoger los resultados. Y es que aquí empezamos con una serie de buenas noticias inesperadas. Porque sí, por increíble que parezca, además de tener un día libre por semana, esto tiene más ventajas.
Vamos una a una.
Ventaja 1 – El efecto dominó en tus descansos
Últimamente los miércoles no solo son mi día preferido de la semana sino que han tenido un efecto dominó en mis descansos.
Solo por esto, ¡es impresionante! Nunca me lo hubiese imaginado y es una buenísima sorpresa.
Simplificando:
- Los jueves se han convertido en una especie de «lunes que empiezan a las 12 de la mañana» (porque los empiezas con la energía de un lunes pero con las ideas frescas como si llevases ya 3 horas trabajando).
- Los sábados parecen mi 16º día de vacaciones (llego tan descansado y con las cosas pequeñas tan resueltas que estoy totalmente libre para empezar ideas nuevas).
Tu cuerpo lo agradece, tu cabeza lo agradece y estás con ganas de hacer más cosas en general porque no llegas a acumular tanto desgaste nunca (aunque tengas días muy exigentes).
Esto se contagia también a los días de semana y noto especialmente que tengo más fuerza de voluntad para afrontar todas esas cosas difíciles de mi empresa que suelen llegar a contrapié.
Esta parte me gusta especialmente porque una gran parte de los pozos de improductividad en los que caemos se dan cuando coincide que:
- no sabes cómo hacer algo,
- no tienes ganas de hacerlo
- y además estás cansado.
Por eso se nota mucho mucho cuando tienes mejor humor y mejor predisposición para afrontar este tipo de tareas.
Me encantaría conocer la experiencia de otras personas pero sospecho que el efecto puede tener algo de universal.
O sea que, primera conclusión: añadir un día de descanso tiene un efecto dominó genial en tus descansos.
¡Una noticia extraordinaria!
Ventaja 2 – Tranquilidad para vivir mejor lo que haces
Otra de las cosas geniales es que ese miércole (por diseño) se convierte en una especie de puesta en espera.
Al «prohibirme» seguir trabajando pero tampoco darme un fin de semana de 3 días, aprovechas para hacer cosas pequeñas, haces todo con calma y estás en tu mismo contexto de todos los días.
En tu cabeza siguen muchas de las cosas que has hecho el martes, tus proyectos y lo que tienes entre manos (tanto a nivel personal como profesional) pero, como tu estado personal influye quieras o no en lo profesional y vice versa, este miércoles de calma y respiración hace que resuelvas sin presión muchísimas tonterías que van propagando sus efectos en tu entorno positivamente.
Piensa por ejemplo en la típica situación de que vas todos los días al trabajo en el coche y cuando estás dentro dirías «Buf… tengo que bajar el cargador del móvil que siempre se me olvida» y lo haces un día y otro y otro y así pasan los meses con catorce cosas en paralelo.
Pues bien, desde el primer miércoles, en ese sentido, he experimentado los beneficios de tener un poco de tiempo delante de cosas que necesitaban tu atención (justificada) desde hace tiempo.
¿Es cierto que el primer miércoles puede volar en tonterías? Cierto.
Pero tiene un efecto increíblemente positivo en tu productividad, agilidad ¡y humor! de otros días.
Más adelante te cuento qué cosas decidí impedirme hacer para evitar desperdiciar mis miércoles en tareas basura pero, con aquellas cosas que simplemente te hacen ganar tiempo (pero te ves en la obligación de no darles prioridad) el miércoles se vuelve tu principal aliado.
Y no es trabajar, realmente, porque en días de trabajo no hubieses hecho estas cosas y si quieres, no tienes por qué hacerlas, pero te hacen vivir a ti mejor la experiencia de trabajar otros días.
¿Y qué pasa cuando estás contento, de buen humor y a gusto trabajando? Exacto: eres más productivo.
Ventaja 3 – Aumenta la perspectiva
En esto la perspectiva es la ventaja estrella, porque ni te imaginas la cantidad de soluciones que te vienen a la mente y las ideas que enlazas tan solo con la tranquilidad de haberte dado el día libre sin ni siquiera estar intentándolo.
Es simplemente que haciendo otras cosas estás metiendo ideas nuevas en tu cabeza que se vuelven auténticas opciones y soluciones para cosas que te hubieses atrincherado para resolver si estuvieses trabajando los 5 días de la semana.
Me pregunto qué pasará si este efecto se desvanece con el tiempo pero en estas semanas de prueba desde luego ha sido espectacular.
Aunque si somos objetivos, cae de cajón que esta pausa puede simplemente ser lo que a veces no nos damos pero nos vendría genial para resolver situaciones complejas.
El problema evidentemente es que si estás contando con esto o te llevas deberes para pensar el miércoles, no estás haciendo una semana de 4 días pero, en principio este es un factor positivo que puede jugar a tu favor si decides aplicarla.
A la vuelta, habrá segunda parte
Y de momento me paro aquí porque a la vuelta de Navidades vendrá la segunda parte de este artículo.
En ella voy a hablar más de a quién se la recomiendo y a quién no en función de lo que he aprendido de mi experimento, así como las cosas que me prohíbo hacer y las que me permito durante estos miércoles para que un día de descanso no se convierta en trabajo encubierto ni mate en la cuna a mis mejores ideas.
Si te ha parecido interesante, no dudes en compartir este artículo en las redes sociales y dejarme un comentario si te gustaría intentar una semana de 4 días, crees que te funcionaría o tienes alguna pregunta al respecto.
¡Nos vemos muy muy pronto!
9 comentarios
Hola Iago, que idea fantástica!! Felicitaciones !!! Confío plenamente en tu criterio y me sirve de mucho todo lo que vas estudiando y probando y planeando …además con el placer con el que encarás cada tema.Gracias por eso!!
En mi caso en particular…soy idependiente, Diseñadora de interiores, que me da un gusto enorme…ahora bien….soy un caoooooos!!!! Literal….me falta mucho para llegar a la semana de 4 dias…además, ya uso el lunes para ver a mis padres que estan en otra ciudad y volver al dia siguiente, con lo cual se podría decir que ya lo estoy haciendo pero no con los resultados deseados. Fue una decisión bien pensada porque son grandes y mientras estén en esta vida quiero compartir con ellos lo que pueda, eso si es positivo. Ahora, en cuanto a organización, realmente me cuesta, tener tanto lío, me hace saltar de un tema a otro y sentir que no soy quién lleva las riendas de mis proyectos.Supongo que todavía no superé la etapa de los distractores….
Desde ya empezaré de cero con la guía…cualquier sugerencia es bienvenida,
Abrazo desde Buenos Aires
Hola Fernanda,
En realidad tienes una semana de 4 días pero no porque el quinto sea de descanso con lo que es cierto que tienes una semana más corta pero, no con el mismo impacto.
Por cierto, una observación que puede parecer tonta pero al 100% en línea con el artículo: ¿Has probado a mover ese día de contacto con tus padres al miércoles?
Es cierto que tu día «libre» no es puramente de descanso pero el efecto de no encerrarte a trabajar en línea recta 4 días sino de alternar pausas con trabajo y sacar la cabeza de tu mesa todos los miércoles lo puedes conseguir igual.
Si viajas lejos para estar con tus padres de sábado a lunes es posible que no sea interesante pero, si no es el caso yo le daría una prueba.
Puede parecer una tontería imperceptible pero un pequeño cambio como ese ya te permite beneficiarte del efecto «pausa y cambiar de aires» que mencionaba.
Es una idea por si ayuda. ¡Un saludo y gracias por pararte a comentar!
Gracias Iago por tu sugerencia, la probaré y veré que sucede!! Muchas gracias y Saludos !!!
A veces se necesita una islita para recobrar fuerzas, que nadar cansa mucho (!y más si es contracorriente!).
Me parece fantástica la idea de poner un domingo en miércoles, porque aunque los domingos están para descansar, muchas veces, y precisamente por la falta de presión, surgen nevas ideas, ilusiones. La mente se libera y de ahí pueden surgir cosas buenas, o no, porque tampoco hay obligación.
Estoy contigo, poner un domingo al lado de otro domingo funciona si quieres realmente resetear, bajar ritmo,irte de viaje con la pareja, pero no estimula el intelecto ni la motivación.
Jo, si lo piensas bien, ahora puedes decir que trabajas dos fines de semana a la semana (lunes y martes y jueves y viernes) y descansas durante la semana! Que raro suena! xD.
Ya contarás si funciona a largo plazo, si a los clientes, empresas con las que trabajas les sirve o no (no sé muy bien como va la cosa).
Saludos y Feliz Navidad!
¡Hola Iris 😀 !
A la vuelta de vacaciones ya hay prevista una segunda parte en la que cuento a quién se la recomiendo y a quién no en función de un par de parámetros que a mí me parecen claves (dependiendo de la actividad y objetivos de cada uno).
Y sobre el largo plazo, entiendo perfectamente las ganas de saber si se mantiene o no igual de operativo pero, como le decía a José Antonio, mi intuición me señala que pueden aparecer comportamientos raros, acomodarme, o efectos que no se puedan prever pero el factor novedad ya ha pasado y el impacto de una semana así se renueva cada semana. Por eso, si apareciese algún percance en el largo plazo, me veo más pensando en cómo mantener vivo el impacto positivo que en si tengo o no que volver atrás.
En general en productividad siempre he sido más de «ir hacia adelante» que de «probar y volver a la base» porque sino tardaría siglos en aplicar nuevos paradigmas porque… ¡nunca están perfectos! Eso no implica que no vuelva atrás de vez en cuando pero, como decía, en principio esta medida llega para quedarse.
¡Un saludo 😀 !
Encuentro muy interesante tu propuesta. Coincido que el miércoles puede ser el día más idóneo. Ya nos irás contando cómo va transcurriendo la experiencia.
Enhorabuena por la iniciativa. Un abrazo.
¡Gracias José Antonio 😀 ! Yo también espero que funcione a largo plazo, aunque si veo que no tira o no me funciona a mí, no tendré el mayor problema en pararlo y seguir buscando otros frentes en los que ganar algo.
De todas formas, la prueba más importante la ha pasado ya. Entre el tiempo del experimento y ahora ya puedo decir que se ha pasado con creces «el efecto novedad». Si en el largo plazo fallase algo, mi intuición me hace pensar más en qué habría que ajustar que no en si debería abandonar la iniciativa.
Por lo de pronto toca aprovechar el acelerón interesante que supone cada semana y que se suma a las demás técnicas de productividad.
Empujón a empujón es como se marca la diferencia. ¡Un saludo 😀 !
Como se trata de ti sospecho que te va a funcionar a las mil maravillas. No se si es envidia o admiración porque tiene sentido lo que dices pero sospecho que a conmigo no sería lo mismo que lo bien que te va a ir a ti.
Enhorabuena Iago! Ojalá pueda hacer lo mismo un día…
¡Muchas gracias Fernando! Pero yo estoy convencido de que no se trata de mí o de otra persona. La idea está ahí para quién quiera aplicarla.
No es un cheque que venga gratuito, como toda la productividad, sino que para obtener los beneficios que se prometen hay que hacerlo bien, evitar convertir los miércoles en trabajo encubierto y estas cosas pero el plan tiene muy buenas perspectivas así que, es una idea potencialmente muy buena para muchísima gente.
A la vuelta hay segunda parte. Un saludo 😀 !