Puedes completar este artículo con mi guía de productividad personal para principiantes. Tienes la primera parte sobre productividad personal desde cero aquí.
Los objetivos son el pilar básico y fundamental que da sentido a toda la productividad. Es más, te garantizo que incluso si esta frase parece simple y coherente, se requieren varias vueltas de tuerca y vivir en primera persona algunas experiencias antes de interiorizarla completamente.
Lo que vamos a ver ahora es una panorámica para que tengas una visión de conjunto sobre cómo marcarte objetivos, que te permita asentar bien las bases de esta parte de la productividad, tanto personal como empresarial. No obstante, esta guía ha sido adaptada para encajar bajo el formato de un artículo largo de blog para aquellos que necesitan primero una visión reducida de conjunto.
Si te interesa aprender productividad en serio, el lugar idóneo donde encontrar esas respuestas es en el libro La revolución productiva que por su contexto me permite profundizar, extenderme, dar ejemplos y conectar los objetivos con muchos otros aspectos de la productividad personal.
Los objetivos no es que sean importantes, es que son imprescindibles. Y la razón por la que son imprescindibles es porque son la materia prima de la productividad. De la misma manera que no puedes hacer una ventana sin cristal, no puedes ser productivo sin objetivos.
Recuerda que en la guía de principiantes definíamos la productividad personal como la combinación de eficacia (completar las tareas que te propones) y pertinencia (que las tareas que te propones contribuyan a tu objetivo). Pues bien, siguiendo esa definición resulta obvio que si no tienes ningún objetivo definido, es imposible decir si la próxima tarea que vas a realizar es pertinente o no.
Si una tarea contribuye a tu objetivo, diremos que es pertinente (y puede ser productiva). Si una tarea no contribuye podemos decir que no es pertinente. Si no sabes cuál es tu objetivo, no tienes capacidad de saber si lo que haces contribuye o no. Y por lo tanto no puedes saber de antemano si deberías o no hacer la tarea. Solo puedes intentar adivinar.
Ese es el papel que juegan los objetivos en la productividad y la razón por la que no podemos funcionar sin ellos. Sin objetivos, podríamos estar haciendo tareas que parecen importantes durante años para descubrir después que eran inútiles. Cuanto antes sepas marcarte objetivos, antes sabrás que cosas puedes ignorar para centrarte en lo importante.
La solución más simple posible para marcarse objetivos
Con respecto a marcarse objetivos es muy fácil proponer una primera solución viable. Basta con preguntarte aproximadamente qué quieres en la vida y sacar una lista de frases que deseas cumplir. La versión más simple de tu lista de objetivos es exactamente esa lista de frases.
Es increíble lo rápido que podemos entrar en materia con los objetivos con respecto a otros aspectos de la productividad, pero tiene truco. La razón por la que es tan fácil empezar con los objetivos es que, al tratarse forzosamente del primer elemento de la productividad, cuando escribes tus objetivos en su forma más simple no tienes ninguna condición que respetar.
De todos modos, esa libertad total para marcar tus objetivos tiene como contrapartida decenas de peligros. Por ejemplo, escribiendo los objetivos como te dé la gana es probable que dos o más estén interrelacionados. En cuanto entren en tu lista de objetivos simultáneamente cosas muy próximas como «tener buena salud» y «conservar bien la vista» sospecharás inmediatamente que hace falta ser más cuidadoso para no perseguir lo mismo dos veces.
Otro peligro, por ejemplo, es que tu lista puede ser infinita. Y si no tienes ni prioridades ni jerarquía entre todos los objetivos que tengas, tu objetivo más importante podría pasar desapercibido mientras te desgastas asumiendo cosas menores. Está bien escribir objetivos por escribirlos pero, no podemos perder de vista que lo que queremos es alcanzarlos.
Evoluciones posibles, modelos complejos y decisiones
Si llevases la reflexión hasta el extremo el análisis te llevaría hasta la conclusión de que estamos obligados a responder a una pregunta muy compleja definiendo nuestros objetivos. Y sobre todo, como decíamos antes, es una situación muy perversa porque teóricamente deberíamos resolver la cuestión de los objetivos antes incluso de empezar a hacer la primera tarea.
Por eso, no es viable el parar todo, concentrarte en este tema a fondo y luego empezar a hacer tareas. Como casi todo en productividad, vas a necesitar encontrar un balance preciso adaptado a tu caso que tenga en cuenta que:
- Si quisieses marcar total y perfectamente tu lista de objetivos, deberías crear un modelo demasiado complejo
PERO
- no dispones del tiempo y no serías tan eficiente haciéndolo como si empiezas a llevar a cabo acciones y a obtener victorias parciales con objetivos aproximados
Así que seamos sinceros. La versión ideal es prácticamente inalcanzable. Gente como A. Maslow han intentado construir grandes modelos sobre la motivación humanas, nuestras necesidades y sobre los objetivos (de forma genérica). Aún recogiendo todo su trabajo no tendrías una respuesta definitiva al tema. Todavía te faltaría la parte de adaptar esa escala de valores a tu caso particular.
Pirámide de Maslow de las necesidades humanas
Por eso los modelos que vemos en el mundo real son aproximativos. Es decir, no parten de un análisis teórico inicial sobre lo que deberían ser los objetivos para luego marcártelos perfectamente, sino que empiezan como la versión más simple que proponía antes. Te pones objetivos como buenamente puedes y con la experiencia los vas robusteciendo y orquestando.
Ejemplos de cómo marcarse objetivos
Las grandes empresas, por ejemplo, que tienen una gran experiencia en gestión de la información y llevan décadas o siglos marcándose objetivos, tienen muchísima documentación sobre cómo hacerlo, gastan unos medios increíbles cada año y aun así lo hacen porque saben que una parte de su éxito está en parar a una parte de su personal para que no haga otra cosa que pensar, diseñar y fijar los objetivos. La definición de objetivos es una inversión. Claro que una empresa mueve miles de personas, tú te gestionas a ti mismo.
La solución más lógica para ti en cuanto a los objetivos por lo tanto es ir sofisticando tus objetivos poco a poco. Eso se traduce en cada vez hacerlos menos libremente para ganar ciertas funcionalidades a cambio. Por ejemplo, puedes prohibirte el escribir enunciados demasiado abstractos como «tener buena salud» porque es un objetivo inalcanzable como se ha explicado en detalle en más una ocasión en este blog.
Al prohibirte el escribir enunciados así estás evitando de raíz proyectos que ya se puede saber de antemano que están mal orientados. Te prohíbes algo, pero ganas beneficios. Es como prohibir en una piscina que la gente se tire de cabeza. Los bañistas tienen una libertad menos, cierto, pero a cambio se han prevenido contra uno de los comportamientos potencialmente más dañinos.
Cómo marcarse objetivos
Ahora que está claro que empezar la reflexión desde arriba es inviable y que nuestro esfuerzos por definir esos objetivos deben limitarse a lo que podamos rentabilizar, la única pregunta que importa es ¿dónde merece la pena invertir esos pocos esfuerzos que nos podemos permitir?
Veamos una lista de puntos claramente rentables para acotar el riesgo y mejorar la eficacia de tus objetivos:
1. Defínelos respetando ciertas reglas de formulación
Recuerda el ejemplo de la piscina, que puedas hacer de todo no implica que todo sea bueno. Por eso, no deberías marcarte objetivos a la ligera. Tienen reglas, necesitan cumplir su función y cuando te pongas a realizar acciones para perseguirlos querrás que sean lo más precisos posibles. Todo eso te acaba imponiendo criterios para evitar que acabes con frases abstractas sobre las que no te puedes poner a trabajar. Encontrarás las primeras reglas de cómo definirlos en cuanto a formato y formulación en el artículo siguiente.
Artículo – Definiendo tus objetivos por primera vez
2. Vigila la coherencia, haz que respondan a un proyecto común
No tengas miedo de escribir libremente objetivos pero piensa que tarde o temprano tendrás decisiones que tomar. ¿Me decanto por A o B? A ese tipo de preguntas sólo se puede responder con una estructura sólida de objetivos. Es decir objetivos pensados en conjunto y no individualmente. Eres mucho más efectivo con una lista de objetivos individuales y complementarios que con una marea de objetivos interrelacionados. Tienes que sentir que todo contribuye a un proyecto coherente.
Artículo – Definir lo que quiero
3. Tenlos siempre presentes, esfuérzate y piensa el cómo hacerlo
Muy en línea con lo anterior. Necesitas tanto que los objetivos sean coherentes como el tenerlos siempre presentes. Tu objetivo es tu motivación, el premio final. Piensa en un niño que olvida que si se come las lentejas le llevan al parque. ¿Qué haría? Dejar de comerse las lentejas. Es increíblemente difícil e insoportable que hagamos aquello en lo que no vemos motivación. Por eso los objetivos a parte de su función de establecer el rumbo, debemos mantenerlos presentes para recordarnos por qué vale la pena salir a correr bajo la lluvia.
Artículo – Lo que pasa cuando pierdes de vista tus objetivos
4. Asume que no todos tus objetivos son voluntarios pero sí necesarios
La noción anterior también puede llevarse a los objetivos, solo que los efectos son diferentes. Tu productividad global es una media de la productividad en todos tus frentes. Por eso no sirve de mucho ser medio productivo en lo que te gusta para luego tener auténticos agujeros negros en objetivos que gestionamos fatal porque los odiamos radicalmente. La mentalidad ganadora pasa por ser eficaz en lo que te gusta y ser eficaz en lo que debes atravesar. Y eso pasa por incluir en tu lista más objetivos que sólo los ideales. Cuando adoptas eso tu lista no solo es más realista sino que tu productividad crece exponencialmente porque tocas los temas en los que más tienes que ganar. No siempre es fácil detectarlos por eso ahí te dejo otro artículo explicativo.
Artículo – Objetivos nobles, objetivos lastre
Siguientes vías de mejora en cuanto a objetivos
Como ves, con respecto a marcarse objetivos hay muchísima materia. No solo es cuestión de cómo definirlos sino también de cómo gestionarlos. Tenerlos presentes requiere medidas, que no es algo en lo que hubiésemos pensado a priori pero que a fin de cuentas es tan importante como definirlos. Por otra parte empezamos a tener una visión global bastante sólida pero no podemos olvidar que hemos pasado de puntillas por algunos temas. Acuérdate porque cuanto más subas tu nivel de productividad más interesante se volverá el reabrir esos temas por los que hemos pasado rápidamente en esta primera etapa. Al principio no son un obstáculo, más adelante sí.
En esta guía además, para poder producir rápidamente nuestra lista de objetivos, también nos hemos dejado aspectos abiertos como la verdadera naturaleza de un objetivo. ¿A qué responde? ¿Existe una relación entre ellos? ¿Si me marco un objetivo estoy obligado a perseguirlo sin más? ¿Qué pasa cuando me marco un mal objetivo? Pero como anticipaba antes, responder a esas preguntas requiere entrar cada vez más en el análisis de qué son los objetivos, lo que deben respetar y las fuentes que deberíamos o no tomar como legítimas para generarnos objetivos.
Si todas esas cuestiones te interesan puedes encontrar los análisis, las explicaciones e incluso categorizaciones muy prácticas de objetivos en el libro La revolución productiva. Con esa información se te hace la vida más fácil porque anticiparás y entenderás mucho mejor las claves necesarias para marcarte objetivos de una manera que te simplifica el afrontarlos después. No obstante, si acabas de llegar directamente de la guía de principiantes, tienes suficiente material para empezar con lo que hemos visto en esta guía. No te agobies con todas las opciones que existen, adapta el nivel de detalle a tus necesidades de manera inteligente y que sepas que cuando hayas cubierto estos puntos iniciales hay muchas más cuestiones concretas y muy interesantes que puedes explorar y mejorar.
Si tienes alguna duda en particular recuerda que puedes preguntarlas aquí mismo en un comentario y para seguir complementando tu productividad en este aspecto tienes a tu disposición mi guía de productividad «¿cómo puedo organizarme?», que puedes descargar gratis aquí. Buena lectura y ¡ánimo definiendo esos objetivos!