Para el carro, colega: nunca vas a tener una vida «perfecta». Y lo que es más, no la quieres.
Perdona que te asalte así, pero no pasa un sólo mes sin que escuche a alguien cuyos objetivos están completamente falseados e idealizados (una lista muy mediocre que deja de lado lo que realmente querría esa persona y que no asume por algún impedimento).
Parece casi cuestión de inercia, como si nuestro ideal por defecto, no pudiese ser otra cosa que ser una persona rica, con una casa gigante, y sólo una vez que hayamos conseguido eso empezaremos a preocuparnos del resto. Hacerte millonario y perfecto (ni progresar poquito a poquito sin dirección fija) no sólo no es tu objetivo, sino que además, está ocupando el hueco de tus verdaderos objetivos y por lo tanto te está haciendo mucho daño.
¿Estamos de acuerdo? ¿No? Me alegro de que me lleves la contraria, miremos los detalles.
Hay dos motivos para pensar lo contrario
Hay dos razones principales por las que puedes pensar que esto no es correcto: o bien porque no crees que esto vaya contigo, o bien porque no crees que te esté haciendo daño.
Si crees que no va contigo
es probablemente porque crees que tu lista de objetivos es algo fijo y que controlas completamente. Pero no es verdad.
Una lista de objetivos (la real que tenemos en la cabeza, no la que escribimos en un papel) es algo cambiante y muy fluctuante.
En esto somos bastante simplones y nuestros objetivos cambian con nuestro entorno. Basta con que descubras que un compañero de trabajo que no te cae bien y trabaja menos, cobra más que tú.
Ahí tus prioridades cambian. De repente puedes empezar a sentirte a disgusto porque estás obteniendo un muy mal resultado en un objetivo que hace cinco minutos ni existía (ganar más que ese energúmeno). Y todo lo que estás haciendo genial no cuenta, porque en ese mismo momento no marca la diferencia.
Moraleja
Controlar tus objetivos requiere esfuerzo. Y si te dejas llevar puede que en grandes áreas de tu vida el objetivo que tienes no lo hayas escogido tú.
Si crees que tener objetivos idealizados no hace daño
es probable que no tengas claro el rol que cumple un objetivo en un esquema completo de productividad.
Un objetivo es sobre todo una afirmación, algo a lo que agarrarte y en base a lo que decidir.
El que va a una frutería y sabe que quiere hacer un pastel de manzanas sabe responder fácilmente a la pregunta «¿Qué le pongo?».
Y todos los días te enfrentas a cientos de preguntas como esta: ¿quieres seguir en este trabajo? ¿quieres ver una película? ¿te vendo una sandía?
Y aquí es donde resulta problemático el aceptar objetivos que no son los tuyos. Porque tomarás decisiones en base a metas que en el fondo no persigues. Si piensas que quieres hacer un pastel de sandía, no vas a volver a casa con manzanas.
Del mismo modo, si piensas que tu objetivo es ser millonario puede que pierdas el tiempo que hubieses querido pasar con tu familia, jugando a la petanca o leyendo tranquilo.
Moraleja
Tener objetivos que no marcaste tú mismo es muy nocivo. Cuestiona lo que persigues con frecuencia.
Lo que te propongo
Así que al grano. ¿Tienes algún gran objetivo oculto? ¿Hay algo que siempre hayas querido hacer a lo grande pero que has ido posponiendo por alguna razón? Pues dale un mordisco. Uno pequeño y que te sepa a gloria. Inténtalo ya y no esperes a que las condiciones sean perfectas.
No necesitas tener una piscina en tu mansión para darte un baño matutino. Ni necesitas un millón de euros para usar bien tu tiempo libre. No esperes a retirarte para apuntarte a las actividades que te gustan.
Hazlo ya. Hazlo hoy. Hazlo ahora.
Date
el
gustazo.
Porque cuando hace calor y te apetece una bebida fría a menudo basta con un sorbo. Tu situación cambia radicalmente después de ese primer y magnífico sorbo. La botella de dos litros puede que no puedas permitírtela en estos momentos, pero sí la pequeña dosis que lo cambia todo.
Todos tenemos en algún cajón un objetivo o una idea que nos movería de verdad (lo que te apasiona). Y lo que te estoy diciendo con esto es que escribas en un papel las condiciones que te impidan hacerlo realidad y que las tires en una bola a la basura.
No tiene que ser perfecto. Haz la versión más simple posible y será tan genial como el primer sorbo de una bebida fría en plena playa.
Y luego, con el problema de la sed resuelto, ya veremos cuál es la siguiente prioridad en tu nueva situación. Pero pase lo que pase, estarás una etapa más cerca de lo que realmente quieres.
19 comentarios
Iago, quiero ubicar tu comentario en el manejo de organizate con eficacia y veo que tu caso estaria en el proceso de entender cabalmente el sistema no? o estoy equivocado. Recuerdo que desde un principio este sistema considera que debe estar todo lo que tienes por hacer que no debe quedar nada fuera. Entonces si todo lo que tenemos por hacer está dentro del sistema de donde sacamos eso grande que a nosotros nos haría vivir de verdad. No será acaso solo de procrastinacion?
Hola Antonio,
Muy buena pregunta, para todos los que usáis GTD es la primera fase para sacarle partido a esto. Mucho me temo que este es uno de los artículos que más en conflicto entra con GTD. A decir verdad si lees completamente «Organízate con Eficacia» verás numerosas referencias a la perspectiva en los 6 niveles que define, pero David Allen se salta estrepitosamente la fase de definición de objetivos. Esa es quizás la pega más grande que le veo a GTD, es una gran herramienta que no aborda el porqué de lo que hacemos. Y eso debemos ponerlo siempre primero.
Cualquier sistema se simplifica muchísimo si nos limitamos a hacer lo que nos cae entre las manos y a resolver nuestros compromisos, pero a mi juicio, la verdadera transformación de productividad se produce cuando paras todo, reflexionas sobre a dónde quieres llegar y empiezas a trabajar exclusivamente en ello.
De ahí viene el motivo de este artículo. Hay que parar tu rutina. Lo que haces a diario no puede ser inercia, sino una serie de proyectos en los que te implicas porque tú los escoges.
Si quieres integrar estos conceptos en GTD, estaríamos hablando de definición de objetivos, una sección que David Allen no aborda directamente pero que debería de venir antes de empezar a trabajar con sus cinco pasos del flujo de trabajo y que debería a su vez revisarse en la revisión semanal. Y la justificación es simple: no puedes procesar ni implicarte en realizar tareas cuando ellas no contribuyen a un objetivo tuyo (y para eso es imprescindible tener antes definida la lista exacta).
¿Responde esto bien a tu duda? ¿Tienes claro ya como integrarlo? Sigo aquí para seguir discutiéndolo si tienes objeciones o dudas. Un saludo Antonio.
Hola Iago
Me has dado en el punto, la cuestión de la rutina para mi termina en una baja de rendimiento total de las tareas que realizo a diario, porque sencillamente estoy aburrida de hacerlas, pero si lo miro desde tu punto de vista me doy cuenta de que hay muchas maneras de modificarlo y hacerlo interesante. Me has motivado a realizar cambios en mi vida y a eliminar lo que esta retrasándome tanto en el logro de mis objetivos. Gracias!!!
Lo que mencionas toca en parte otro tema que es estancamiento por la monotonía (es cierto que incluso conociendo el objetivo, el hecho de hacer todo el tiempo lo mismo puede aburrir y frenar). Sin embargo la idea original es que «no nos perdamos en minucias del día a día, lo que importa es no perder de vista el objetivo final». Cualquiera de ambas ideas son conceptos a integrar para mejorar tu rutina, así que igualmente continúa y me alegro de que te sirva de ayuda. Un saludo
Me has animado y sacado una sonrisa… si puedo!
Gracias.
«Todos tenemos en algún cajón un objetivo o una idea que nos movería de verdad (lo que te apasiona).»
Aquí has dado en el clavo. Yo creo que si uno hace lo que le gusta, lo que le apasiona de verdad, los objetivos se van cumpliendo de forma natural. Y si no se cumplen, cuando uno hace lo que de verdad le gusta, saca tiempo y energía para intentarlo una y mil veces hasta que se terminan por cumplir.
Un abrazo
Excelente como siempre
Saludos 🙂
Gracias Leo por dedicar 30 segundos a hacerme llegar tu opinión, hasta la más breve me sirve de termómetro. Un saludo
Gracias! qué mensaje en estos momentos en donde se necesita inspiración, me siento angustiado con ciertos problemas que nublan mi visión sobre los sueños y metas que me he propuesto y he llegado a dudar sobre si realmente es lo que quiero para mi, al leer tu post veo que tienes razón al decir que si no están bien fijos puede terminar metas que no son las que quería, gracias por la información.
De nada, Ed. Como decía el otro día en Twitter a los que me siguen: «Sigue intentándolo. Una parte muy importante de cada éxito es pura perseverancia.»
Dudar de nuestros objetivos es algo que hacemos todos pero la diferencia la marcas cuando decides seguir adelante y vuelves a poner las cosas importantes como prioridad número 1.
Animo !!! Animo!!!
«Dejate ser guiado por tus sueños y no empujado por tus problemas»
Me identifico con la idea general de tu post, y la idea del sorbo me parece muy inspiradora. Gracias por el entusiasmo que le imprimes a tus ideas.
Saludos
P.D. Puedes enviarme un email para hacerte llegar un texto sobre el libro que te mencione. Gracias
Acabo de enviarte un email para que puedas responderme. Un saludo
Que buen post, que sencillo, que claro y que inspirador. Muchas gracias por un tan rico mordisco de contenido.
Gracias a ti David. Incluso si tu comentario es breve es importante siempre tener vuestra opinión porque me sirve de termómetro para escoger las próximas temáticas. Un saludo!