Una de las tentaciones más frecuentes cuando gestionamos nuestros proyectos a diario es a creer que la mayoría de tareas deben ser planificadas y colocadas en el calendario.
Es como si eso implicase directamente que ya hemos empezado la tarea.
Nada más lejos de lo contrario, el principio de toda organización es que le llegue a toda tarea su momento de ejecución.
1. Si no tienes actividad definida para ahora mismo, algo falla
La pila de tareas no puede ser grandísima y tú ponerte a planificar cuando las harás. La aproximación al problema tiene que ser siempre la opuesta. Intenta pensar todo lo que puedes hacer ahora y el resto, muy a tu pesar, deberías planificarlo para el minuto disponible inmediatamente siguiente.
Este es en definitiva el principio básico de la organización como ya comentaba en un post dedicado a esto.
Por ello tú siempre debes controlar tu acción actual. ¿Qué estás haciendo ahora? Descansando porque lo necesitas, relajándote un rato porque así lo has decidido o invirtiendo unos minutos en leer algo nuevo por internet a ver si encuentras algo interesante, todas son válidas.
Lo que nunca puedes es estar haciendo lo que sea como solución a que todavía no sabes cómo afrontar tus otros retos. Y por lo tanto huyes de ellos quitándote el problema de la cabeza. Este es una de los ataques más sanguinarios que le puedes hacer a tu productividad y debes de saber reconocer siempre este comportamiento como tu mayor enemigo.
2. La primera acción al llegar a casa
Las grandes decisiones y el entorno son lo que importa. En serio.
Si tu objetivo es algo mínimamente a largo plazo lo que va a determinar la victoria no es lo que hagas esta tarde, pero sí lo que hagas la mayoría de las tardes.
Por eso necesitas una dinámica cuando llegues a casa, cuando tienes tiempo libre o cuando las obligaciones están todas cumplidas. ¿Cuál es tu sitio por defecto en casa? ¿El salón, la tele, el ordenador, el escritorio? Todos tenemos uno y si te piensas ir de este artículo con un sólo consejo, empieza por este:
Tu sitio de referencia es aquel en el que pasas la mayoría del tiempo y al que vas sin pensar por qué. Si tu sitio de referencia tiene los papeles con tus proyectos y tareas a mano ya verás como todo va más rápido.
A propósito, es especialmente por esta razón por la que te conviene tener un sólo centro de organización, ¡y que este se encuentre fácilmente accesible!
3. Las batallas se ganan en los momentos extraños
Esta regla en concreto es una de mis técnicas de oro de productividad. Las batallas se ganan en los momentos en los que parecería hasta raro ponerse a hacer cualquier actividad.
Toda mi vida tuve clases de inglés (más tarde también de alemán) con un profesor particular que venía a las 3 de la tarde a nuestra casa tres días por semana. Era una hora horrible, muchas veces me iba a por los bolis acabándome la última croqueta y se me hacía pesado de vez en cuando. Aún así cada día era una batalla ganada.
Lo mismo pasa con infinidad de cosas y momentos. La siesta después de comer es sólo útil cuando la necesitas, los últimos 20 minutos del trabajo sí dan para adelantar muchísimo la tarea y las 8:00 de un domingo puede ser tu hora más activa y productiva de la semana.
Como ves es una aplicación bastante particular de lo que comentaba antes. El hecho de decir por defecto que después de comer no hay ninguna pausa, te hará saborearla cuando la tengas y ser productivo cuando no la necesites.
Haz la prueba
Cada vez que esta semana te des cuenta de que estás desaprovechando algún momento del día (después de comer/cenar, después de cenar, los últimos 20 minutos del trabajo, mientras viajas en el bus, etc) apúntalo en una lista e intenta ver qué podrías prever para convertir ese momento en productivo.
¿Qué más momentos conoces ya y que soluciones se te ocurren para convertirlos en momentos productivos? Creo que se repetirán un poco los momentos en los comentarios, pero espero vuestras propuestas.
6 comentarios
Para escribir: si nos gusta la escrita o tenemos ese hábito, es frecuente que suframos el bloqueo del escritor. Desde mi experiencia, eso ocurre porque tenemos super programados nuestros momentos para escribir ( como debe ser, la escrita no «surge» por inspiración, sólo las ideas; la escrita se trabaja). En ocasiones, llegamos con tantas expectativas a nuestro escritorio que nuestro tiempo de… literato acaba siendo un auténtico fracaso: alguien nos ha robado las palabras. Por eso suelo aprovechar esos momentos de aparente tiempo muerto, tiempo residual, para sorprender dormido al bloqueo y ponerme, esta vez sin expectativas porque no había programado nada, a seguir con mis historias. Salgo de trabajar un viernes con mi portátil y me voy a tomar una caña a la Jijonenca y una tapa de salpicón; ambiente agradable, lámpara de araña y pienso..
«por qué no?». Y todo fluye por descontextualizar una tarea, por moverla de sitio y ponerla donde no le tocaba
En resumen:los tiempos aparentemente muertos son geniales y la sensación que produce el aprovecharlos… ni os cuento (subidón, subidón).
Cuando uno sabe que es productivo creo yo que es cuando te sientes útil; cuando te sientes pleno por dentro realizando por ejemplo alguna actividad que fomente tu avance espiritual, como leer un libro.
Cuando te sientes aburrido, vacío, sólo porque estás perdido en la vida y por este motivo has dejado de apreciarte, de cuidarte como ser espiritual y te has abandonado a tí mismo; por ese motivo te sientes sólo y al no apreciarte, dejas de ilusionarte por la vida que tienes en tus manos y por tanto, dejas de estar en contacto con el universo que está en conjunción con todo aquello que lo forma, porque tu eres parte de él y no lo aprecias, porque al no amarte dejas de apreciar sus formas de vida, porque la vida deja de tener sentido para tí porque no valoras la propia vida que forma parte del cosmos que rechazas; es por eso que te sientes desamparado y como «pez fuera del agua» en todo lugar y ante cualquier forma de vida.
Uno de esos momentos es precisamente cuando la depresión te atenaza, te bloquea y las ideas negativas empiezan a danzar por tu mente; en estos momentos es mejor coger un libro que te interese con el que poder aprender, escribir sobre lo que te guste o lo que sientes para así sanar tus heridas…
Me parece un artículo muy interesante; una idea a debatir , la cual debemos tener presente para aprovechar la vida y vivir intensamente, sacándole su verdadero jugo. Un afectuoso saludo desde España.
Hola Iago,
Excelentes recomendaciones me ha parecido un artículo por demás lógico, práctico y entendible, creo que es mucho más fácil lograr grandes cosas cuando nos enfocamos en lograrlas en esos momentos en que sentimos que no podemos hacer nada.
Mil Gracias por tu aportación, me pareció excelente.
Saludos,
Omar Carreño
Gracias a ti Omar por tenerte por aquí y por tu valoración. ¡Un saludo!
Hola Iago,
No es por darte la razón pero para mí las 8:00 del domingo es seguramente la hora más productiva. Normalme dedico los domingos a ir al campo o simplemente a descansar, pero cuando tengo algoimportante que hacer, me levanto temprano y en el intervalo 8:00h – 10:00h puedo hacer maravillas. Todo está en calma, como si fuera el día después del apocalipsis, no hay interrupciones ni ruidos… Prefiero dedicar una o dos tardes entre semana al ocio a cambio de una mañana de domingo productiva 🙂
Un saludo
Hola Luis José,
Precisamente las horas «con menos gente en la calle» del fin de semana son aquellas en las que la presión baja y la productividad aparece. ¡No me extraña para nada tu caso! Un saludo.