Este artículo es la continuación lógica de Proyectos de verano: Lo que necesitas para acertar.
Fotografía original de Creator
En el último artículo te proponía llenar tu verano con proyectos y como escoger sobre qué tratarían.
Se basaba en empezar completando un inventario de tiempo disponible y más adelante listando los objetivos posibles en dos grandes áreas según fuesen continuistas o completamente nuevos (échale un vistazo a la primera parte si aún no la habías leído o no la recuerdas muy bien).
Así que a estas alturas tenemos claras dos cosas: el tiempo disponible y las áreas en las que queremos poner un objetivo. ¡Vamos a darle forma a esos objetivos de verano!
Tipos de objetivos
Buscas una frase que sintetice todos tus esfuerzos. Desde hoy mismo probablemente hasta mediados de Septiembre cuando te levantes por la mañana, necesitas una frase corta que te sintetice el objetivo.
Será algo concreto y definido pero según lo que te interese incentivar tendrá una u otra forma, y he aquí los tipos de objetivos según lo que pretendas lograr:
1. Hitos
Los objetivos hito son exactamente lo que pones en tu currículum y sólo sirven para eso: para decirlo. Como por ejemplo: «Toqué la cima del Everest». Normalmente, si subiste al Everest se sobreentiende que eres un extraordinario escalador pero estrictamente no tiene por qué. Así que mi recomendación es que nunca jamás en el ámbito personal aspires a este tipo de objetivos. Son inútiles a menos que sea para su función, es decir decírselos a otra persona por ejemplo en el CV.
2. Capacidades
Estos ya son mejores. Son los que buscan capacidades como aprender algo nuevo, desarrollar una habilidad y en definitiva: mejorarte a ti mismo adquiriendo esa nueva capacidad. Por ejemplo: «Alcanzar velocidad de lectura de 800 palabras por minuto». Las capacidades (la mayoría) son cosas que sin mantenimiento se acaban por perder con el paso del tiempo pero alcanzarás un nivel bueno, y podrás apoyarte en él para nuevos proyectos.
3. Desarrollo personal
Mis preferidos. Son aquellos complicados desde el principio y en ámbitos en los que sueles fracasar. Lo que cuenta al final, no es tanto el lograrlo o no sino todas las palancas, estratagemas, trucos, ingenio y técnicas que estuviste casi forzado a inventar para lograr un objetivo imposible. Esas herramientas te resultarán muy útiles para el futuro.
Por ejemplo: «Forzarte a sobrevivir durante un mes con X euros». Mientras lo intentas, ordenas tus prioridades (escogiendo dónde recortas gastos primero), buscas supermercados alternativos y reducirás fugas al máximo.Todo esto irá a tu base inconsciente de soluciones y al mes siguiente utilizarás muchas de ellas aunque no las necesites.
¡Ojo! Ahorrar es fácil. Los difíciles son los que cuando se los cuentas a tus amigos se ríen e incluso apuestan en tu contra. Requieren estrategia y creatividad (¡varias veces!) hasta dar con la primera solución viable. Superar uno de estos es el premio gordo en la lotería de verano.
4. Excusas
Ideales para el verano. Si quieres conseguir forma física por ejemplo, o aprender sobre un tema concreto no basta con ese enunciado. ¿Cómo sabes cuando acabas? ¿Cómo lo dimensionas? Por eso un objetivo-excusa es más bien establecer un ritmo. Por ejemplo: «Nadar 5 horas a la semana». Te obliga a planificar un poco y sabes en todo momento si estás por encima o por debajo para poder reaccionar.
Estrategia
Para completar este doble artículo, un poco de estrategia. Esta fase es la que consigue transformar en acciones tu objetivo general y aunque es única para cada objetivo y persona hay tres puntos que sí quiero comentar.
1. Dimensionado
Sobre este tema hay una doble problemática. Por un lado cuánto más extenso hagas tu objetivo mayor esfuerzo pero mayor beneficio. Por el otro, a nadie le gusta perder. ¿Mi recomendación? Está estrechamente relacionado con tu tipo de objetivo. ¿Qué es lo que quieres incentivar? Esa pregunta es la única capaz de darte una respuesta. Y si tienes una motivación fuerte, súbelo aún más.
2. Programar eventos
Para un objetivo hay un par de momentos especiales. El primero y que te recomiendo hacer nada más finalizar el artículo, es planificar en serio la estrategia. Es tu primer plan preparado incluso contra contratiempos (puede llevar mucho tiempo), si todo sale bien lo logras con esa estrategia. El segundo son las revisiones, que debes hacer periódicamente, tantas como necesites pero no más. Corrige el rumbo, sé más realista o sube el esfuerzo y a por ello. Y el tercero es la conclusión. Es imprescindible que revises tu objetivo y aprendas de él. Un objetivo logrado no es una victoria hasta que no te aseguras que la sabrás repetir. Programa todos cuanto antes.
3. Ingenio y creatividad
He usado esta regla en muchísimos ámbitos y nunca me ha fallado: «rehúye la primera idea». Busca, inspírate, prueba, desafíate, complícatelo, imponte hándicaps, hazlo elegante, lo que sea, pero tiene que haber un instante en el que estrujes el cerebro y te des la posibilidad de salir de la habitación con una sonrisa por tu gran idea. Antes incluso de aplicar las soluciones metódicas, tienes que desafiar a tu método. Y no hay mejor forma de lograr un reto que superándolo con el ingenio y la creatividad.
¿Preguntas?
Ha sido extenso, concluyo brevemente. El verano es mucho tiempo libre y vacío no sirve de nada. Uno de los deseos más extendidos de la humanidad es sentirse útil y un objetivo o dos conseguirá dotar a tu verano de sentido aparte de que todo lo que aprendas y recojas va a tu caja de experiencia personal.
Si alguno tenéis alguna duda con un proyecto puntual de esos que parecen imposibles podéis comentarlo aquí abajo o preguntarme específicamente a través del formulario de contacto. Para los que empecéis hoy con vuestros retos: ¡suerte y no justicia!
2 comentarios
me ha pasado un amigo tu blog porque le estaba comentando todo lo que queria hacer durante el verano, y es increible, parece tonto pero ahora que miro la lista, dos de cuatro no me apetecen nada, para ser honesto las quiero acabadas pero no hacerlas
gracias, excelente aporte!!
Gracias Jaime por tu opinión y tu comentario. Bienvenido al barco.