Los 2 elementos imprescindibles de todo día, llueva o truene

Hoy te traigo una de esas cosas simples en apariencia pero detallada para llegar hasta el punto de que la puedas implementar.

Se trata de planificar tu día y dividirlo en dos tipos de tareas: obligaciones y deseos. Como todo el mundo tiene una idea aproximada de lo que es cada una, me saltaré la paja e iremos directamente al grano.

Además no pierdas de vista que lo que te explico aquí se pone en práctica a la hora de definir tus prioridades. Cuando acabes el artículo lo único que pretendo es que quede un poso. Cuando decidas hacer un planning de tu día mañana o elijas entre varias opciones para hacer hoy por la tarde será cuando realmente debas recordar todo esto.

Ninguno es más importante que otro

La primera de las premisas que tiene que quedar clara es que no hay ninguno más importante que otro (obligaciones / deseos). Eres consciente de tu tendencia a priorizar obligaciones sobre deseos. Eres incluso consciente de que no deberías. Lo que sí debes ser consciente es que el momento de actuar es dejando de dar bajas prioridades a tus deseos.

Puedes pensar que las obligaciones son las que te permiten mantenerte o sobrevivir, pero lo que probablemente estés ocultándote es que una forma de mantenerte y sobrevivir así es un fracaso de tus objetivos personales.

La filosofía general

Así que cuando miras a tu día a día lo único que tienes que evaluar son dos parámetros:

  1. ¿Qué obligaciones tengo hoy?
  2. ¿Cómo voy a aprovechar el resto del día?

Así de simple.

Tan peligroso es menospreciar la primera pregunta como la segunda. Mientras que con la primera lo más indicado es una lista de cosas que hacer o completar, para la segunda lo que mejor se adapta es una lista de proposiciones porque decidir en el instante es suele dar mejores resultados.

Las 3 claves

Ahora vamos a los 3 puntos no tan obvios que son lo que realmente quiero que pongas a prueba:

1. Tiempos de estrés

Una creencia muy expandida es creer que en tiempos de más trabajo lo que hay que hacer es posponer deseos y concentrarse en el trabajo pero, de nuevo, se trata de un error. La filosofía de arriba no es sólo para los días normales cuando es fácil implantarla, sino para todos, especialmente para los difíciles. Esta es la verdadera dificultad.

Así que cuando tengas una etapa de apuros lo que no puedes hacer bajo ningún concepto es posponer tus hábitos, hobbies, deporte y demás a la primera de cambio. ¿Cuántas veces al año tienes períodos así? ¿Vale la pena vivir estresado o lo que toca es aprovechar aún mejor los pocos minutos que te deje libres cada día?

2. La felicidad de ahora y la del futuro

Otra cosa básica del principio es que no puedes estar posponiendo constantemente tus objetivos personales. A tus metas a largo plazo, no basta con concebirlas a un par de años vista. Lo que necesitas es un par de días convencido para afrontarlas seriamente. Y que te lo propongas a 10 años o a 6 meses es lo mismo.

Todo proyecto en algún momento necesita convertirse en tu prioridad número uno dejando al resto a un lado. Si no es capaz de motivarte como para eso, te garantizo que nunca lo harás.

3. Las cosas que apetecen, cuando apetecen

A esto tengo que añadirle dos detalles. El primero es que seas consciente de que lo que te apetece hacer ahora no es forzosamente lo que te va a apetecer dentro de un par de años. Así que si quieres llevar a cabo algo, hazlo mientras la motivación sea fuerte.

La segunda es la gestión de tus hobbies o lo que haces por amor al arte. A veces, cuando te va bien y te implicas demasiado corres el riesgo de asumir demasiado y de que se produzca un cambio que nos cuesta aceptar: el hobby que se convierte en esclavitud.

Así que la reconsidera tu definición de «obligaciones» y la de «deseos». Un deseo puede ser una promoción laboral y una obligación cualquier responsabilidad en tu grupo de música aficionado. No es directamente trabajo vs proyectos personales sino que el día debe dividirse exactamente entre obligaciones y deseos (vengan de donde vengan).

El reto: poner en práctica la filosofía

Sé que suena evidente, lo sé. Pero es que lo que pretendo con el post no es que leas algo innovador, sino algo funcional. Una vez más te recuerdo que existe una diferencia entre lo simple y lo aprendido y lo que pretendo hoy es darte un punto de entrada por el que empezar a comerte una manzana gigante.

¿En etapa de máximo trabajo? Crea y aprovecha los ratos libres. ¿Sacrificando algo por el futuro? Mejora tu presente ¿Posponiendo tus objetivos? Hazles un hueco con la misma urgencia que al trabajo.

Como decía, todo esto tiene que dejarte una idea de fondo a recuperar cuando escojas la próxima tarea a llevar a cabo. Así que si prevés emplearla, ponte un recordatorio allí donde tomes esa decisión. ¿Crees que tienes margen para mejorarlo o que ya lo tienes dominado?

Si quieres más productividad, mi guía te va a encantar

Apúntate a mi boletín exclusivo, descarga mi guía inicial y dispara tu productividad.

Deja un comentario

7 comentarios

  1. Muy buen articulo! Creo que esto esta relacionado con que quieres ser: rico o quieres seguir tu pasion?

    • Hola,

      En realidad es más bien una manera de decir que no puedes enfocarte en sólo trabajar unicamente. No sirve de nada trabajar constantemente por un futuro mejor si en tu «futuro mejor» vas a estar de nuevo trabajando para que la situación siga mejorando. Por eso es como invertir en bolsa, no puedes reinvertirlo todo sistemáticamente o jamás disfrutarás de tus beneficios.

      En algún momento toca disfrutar el tiempo y mi propuesta es que todo día debe de tener su componente de disfrute inmediato. No creo que la vida se divida en periodos tranquilos y periodos de máximo trabajo. Así que es necesario que por muy estresante que resulte una situación, sepamos meterle dosis de disfrute (que a su vez sirven de motivación, desahogo y nos hacen más productivos).

      Sobre todo insisto en el aspecto de que NO hay excepción a esta regla. A menudo estamos de acuerdo con ella, pero pensamos que para nuestra situación en concreto no es aplicable. Y ese es el punto que intento transmitir.

      • Entiendo el planteo y acuerdo con lo que sostienes, aunque se requiere de un aprendizaje para cambiar de mirada y, si se quiere de hábitos. Mi pregunta es: como saber si aquello que era un sueño o un deseo se ha convertido en una obligación?, Cuando llega años posponiéndose?, Cuando despedirse de ese sueño? Sigue siendo un deseo?

        • Hola Mirtha,

          La diferencia entre deseo y obligación es simplemente una cuestión de si te gusta hacer ese objetivo o tarea en concreto.

          Para hacerlo aún más fácil, piensa en una tarea, si te apetece hacerla porque la tarea en sí te gusta, es un deseo. Por ejemplo, tomarse un refresco cuando tienes sed.

          Si la tarea que tienes entre manos es algo que no querrías hacer, pero lo haces para otro fin, entonces se trata de una obligación (por ejemplo: bajar la basura).

          Ambas tareas las solemos hacer porque algo bueno nos traen pero, mientras los deseos nos gratifican inmediatamente (tomar un refresco), las obligacione nos lo traen mucho más tarde o indiecto (gracias a bajar la basura, la casa está limpia, algo que nos hace felices).

          Por eso hay que combinarlas porque, aunque ambas sean positivas, necesitamos algo de gratificación constante que nos recuerde que cada día tiene que ser agradable por si mismo y no sacrificándose indefinidamente por días «que serán muy buenos» en el futuro.

          Un saludo 🙂

  2. Yo veo la diferencia entre deseos y obligaciones mas en el sentido de el largo y el corto plazo. Los deseos son esas grandes metas y sueños que guian tus acciones y mantienen tu mente concentrada en eso que deseas alcanzar; y las obligaciones son el día a día, son todas esas actividades puntuales que realizas diariamente para acercarte poco a poco a esos sueños…

  3. Iago, te felicito por tu blog, lo encontre hace poco y por casualidad, me he vuelto un gran seguidor tuyo, mi duda es la siguiente, a lo que te refieres es que:

    trabajo seria toda la parte obligatoria (proyectos, trabajos, deberes, estudios) y deseos (ocio, tiempo libre) y lo que tu propones es una correcta distribución de ambas?

    muchas gracias, saludos

    • Hola Lord_Axy, bienvenido al barco.

      Me alegro de que la pregunta vaya en esa dirección, he de admitir que quizás no le haya dado todo el énfasis que debía, así que fallo mío.

      En un principio es como dices tú «obligaciones» es trabajo, deberes, etc. mientras que «deseos» sería ocio y aspiraciones. No obstante en seguida entran en juego factores que cambian esa visión tan fácil.

      Por ejemplo: si quieres organizar un viaje mirando vuelos y hoteles en internet, eso no proviene del trabajo pero se convierte en una «obligación», mientras que aunque proviniendo de tu trabajo, un ascenso puede ser un «deseo» perfectamente legítimo.

      Por ello la regla para diferenciarlos es que aislada, una tarea es un «deseo» si la llevas a cabo con gusto y una «obligación» si por sí sola no la querrías hacer. Lo ideal es que tu día a día esté cargado de deseos tanto los de semana añadiendo actividades de ocio, como los fines de semana evitando convertir tus hobbies en cargas más que en distracciones.

      Espero haberte aclarado la duda y gracias por tu pregunta. Cualquier comentario o participación activa (incluso críticas) es siempre bien recibida.

¿Sabías que...

puedes inscribirte a mi boletín privado, llevarte esta pedazo de guía gratis y aprender productividad conmigo?

Inscríbete aquí y te enviaré mis mejores consejos de productividad a tu email.

0 spam. Solo envio a tu email lo que enviaría al mío.

Abrir el chat
1
¿Necesitas ayuda con algo?
Hola, ¿en qué podemos ayudarte?