Uno de los fallos más comunes que lastra nuestra productividad diaria (antes incluso de empezar a interesarnos por aprender de ella) es que tendemos a “actuar” antes de tener estructura.
Así que primer consejo: no somos más productivos por hacer más cosas, sino por saber muy bien lo que intentamos y por qué.
Por eso es tan importante tener una definición clara de qué es la productividad personal y de qué se compone.
Básicamente, conocer esta definición de memoria, es lo que te permite saber dónde puedes recortar esfuerzos tranquilo (sin que eso afecte a tus resultados), y qué tienes que cambiar y hacer en tu día a día para ser más productivo.
La productividad personal se define como “la capacidad de obtener resultados de manera fiable, repetible y sostenible en el tiempo”.
Y aunque se le pueden dar muchas vueltas, sobre todo, es la combinación de 2 conceptos principales:
- La eficacia: todas las medidas que haces para lograr un objetivo.
- La pertinencia: asegurarte de que la tarea que haces es la que más importancia tiene para ti (la que te hace feliz, la que cumple tu objetivo, la que necesitas, etc.).
Es decir, la productividad personal son medidas que contribuyen a que seas eficaz (logres tu objetivo) y que lo que haces sea pertinente (relevante o prioritario). Y en la práctica, como no tienes recursos infinitos, exige que seas eficiente.
En mi guía de productividad personal puedes ampliar mucho más esta información con ejemplos que entenderás a la perfección.
¿Cómo mejorar la productividad personal?
Para mejorar tu productividad personal, por lo tanto, nos fijaremos en mejorar aquellos aspectos que contribuyan a las dos ideas que te mencionaba antes (eficacia y pertinencia).
Hablamos de cosas concretas como afinar tus:
- Objetivos
- Estrategias
- Disciplina y mentalidad
- Prioridades y orden
- Herramientas
- Planificación
- Realización de tareas
Para darte una idea un poco más clara, veamos un poco que incluye cada uno de estos puntos.
Suena a básico pero, creéme, casi nadie tiene objetivos suficientemente definidos (o suficientemente bien definidos) como para que sean útiles a la hora de abordarlos.
Así que en este apartado aprenderás a definir tus objetivos personales, a darles una forma útil que puedas usar luego, a darles visibilidad para que no se queden en un postit, a ser capaz de medirlos y seguirlos (aunque traten de conceptos difusos), etc.
Te dejo aquí más artículos relacionados con objetivos y productividad que te podrán servir de ayuda.
Una vez que tengas un objetivo claro, el siguiente paso no será hacer, sino diseñar una estrategia.
Gracias a estas estrategias, tus objetivos dejarán de parecer imposibles y contarás con un plan premasticado para ayudarte a lograrlos y a actuar ante posibles imprevistos del camino.
Con disciplina y mentalidad mejorarás tu productividad personal.
¿Cómo? A través de buenos hábitos adquiridos, influyendo en tus propias cualidades.
Aprender cuáles son las tareas prioritarias y, sobre todo, reconocer aquellas que no lo son, será fundamental para mejorar tu productividad.
Existen cantidad de herramientas que te ayudarán, tanto online como offline. Estas pueden ser desde agendas, a programas online que te ayuden a gestionar proyectos o realizar mapas mentales, por ejemplo.
Planificar te ayudará a rentabilizar tu tiempo. Está directamente unido con el punto 4, ya que tendrás que planificar teniendo siempre en cuenta tus prioridades.
En este último apartado influye tu habilidad para ejecutar la tarea. En este punto te recomiendo la siguiente lectura.
Si quieres identificar cuáles son prioritarios para ti, también puedes solicitar una auditoría de productividad conmigo dónde mediremos exactamente dónde te encuentras, qué es prioritario para tu productividad y como aplicar las 2-3 recomendaciones principales que recomiendo para tu caso concreto.